El conductor de 91 años que arrolló a 12 ciclistas en A Guarda evita declarar en el juicio en que le piden 4 años de prisión
Por Cristina Saiz & Anxo Lourido
El fiscal mantiene su petición de cuatro años de prisión para Manuel Benito A.L., el hombre que actualmente cuenta con 91 años, acusado de haber arremetido violentamente con su vehículo el 12 de marzo de 2016 contra un grupo de ciclistas en la PO-552 en el Concello de A Guarda, en la carretera entre Vigo y Tui.
Este jueves se desarrollaba la vista oral en los Juzgados de A Parda de Pontevedra contra el anciano que responde como presunto culpable de dos delitos de homicidio por imprudencia grave, además de por siete delitos de lesiones por imprudencia grave causadas a siete de los integrantes del grupo ciclista que fue arrollado.
Manuel Benito A.L., que utiliza un amplificador auditivo, se negaba a declarar durante el juicio y atendió en silencio a las declaraciones que se fueron sucediendo a lo largo de la sesión. El primero en contar los hechos acaecidos aquella mañana de sábado fue José Antonio V.V., el ciclista de los diez lesionados que mayores secuelas sufre tras el accidente.
Acompañado por su esposa y utilizando un bastón, el que fue profesor en la Universidade de Vigo hasta que le declararon la incapacidad absoluta como consecuencia del accidente, narró cómo le había cambiado la vida: "Tengo muchos problemas, veo doble, me falla el equilibrio, no coordino. Tengo problemas de memoria", de forma que apenas sale a la calle y cuando lo hace tiene que ir acompañado.
Según expuso, antes del suceso, era responsable de la mecánica del primer satélite gallego y del calorímetro del nuevo acelerador de partículas, un proyecto que se desarrolla en Alemania con un presupuesto superior a 1,2 billones de euros. Su abogado reclama una indemnización superior a dos millones y medio de euros, mientras que el Ministerio Fiscal incrementó en las conclusiones solicitando una indemnización de 1.800.000 euros.
Los agentes de la Guardia Civil que intervinieron en el lugar tras el accidente señalaron que se trataba de un tramo recto, con visibilidad y con condiciones para la conducción óptimas. "No había deslumbramiento, ni ráfagas de viento que afectaran", apuntaron. Además incidieron en que a lo largo de la carretera hay advertencias de precaución por presencia de ciclistas.
El conductor fue localizado en un bar a algo más de un kilómetro de distancia y dio negativo en el control de alcoholemia y de drogas, además los agentes comprobaron que no había recibido llamadas que pudieran alterar la conducción durante los minutos previos al accidente.
Uno de los agentes indicaba que el suceso "denota distracción total" por parte del acusado, pero aseguraba que no podía entrar en lo que le ocurrió señalando que después del primer atropello, en lugar de hacer una maniobra evasiva, continuó contra el grupo sin que circulara otro vehículo por el carril contrario que le afectara.
Los 14 ciclistas, que contaban con experiencia en estas rutas, circulaban en dos filas de manera paralela y próximos al arcén, salvo los dos últimos que avanzaban de manera individual.
Así lo refrendaba el conductor que viajaba detrás del coche de Manuel Benito A.L., que relató cómo el imputado se había llevado uno tras otro a los ciclistas sin reducir la velocidad golpeándolos: "uno, uno y otro. Solo vi saltar a ciclistas por un lado, por detrás... No tocó el freno. Ni frenó ni giró" y vio cómo en la zona más alta, a unos metros de esta zona, el acusado detuvo el vehículo, bajó para coger el cuadro de una bici que se había quedado enganchado en el coche, lo tiró hacia un lado y siguió la ruta. Rechazó que los ciclistas hubieran realizado alguna maniobra irregular, que provocara esa reacción por parte del conductor.
Los ciclistas que testificaron a lo largo de la mañana coincidían en esta versión de los hechos. Afirmaban que no habían escuchado llegar al coche porque no había realizado señales acústicas, pasó a 20 centímetros del último de los ciclistas. Uno de los testigos indicaba que el conductor no había realizado frenada y solo se oía el motor a fondo. Otro de sus compañeros matizaba que el coche entró en diagonal y en ningún momento vio que se encendiera la luz de freno del turismo.
El fiscal señaló que el suceso no fue un accidente al no poder considerarse que fuera imprevisible o inevitable. Apuntó a que igual la ignorancia del conductor si desconocía que podía rebasar la línea continua para evitar a los ciclistas podía encontrarse tras los hechos. Desde el Ministerio Fiscal se entiende que, además el conductor que contaba con la restricción en su permiso de conducir de superar los 70 km/h., "iba como un rayo", según manifestó uno de los testigos. La carretera tiene un límite de velocidad de 90 km/h.
Por su parte, el abogado de la Asociación Galega de Ciclistas, Vicente Guzmán, manifestó que no entendía la actitud del acusado al no haber pedido disculpas a las víctimas y familiares de los fallecidos en el suceso.
Durante sus conclusiones se mostró muy duro con Manuel Benito afirmando que en la declaración realizada en instrucción había ofrecido datos falsos como la velocidad a la que conducía o al achacar a los ciclistas una maniobra para ocupar el espacio del coche. "La conducta del acusado en el accidente como ahora podía haber sido otra", apuntó.
Por último, Carlos Borrás, abogado de la defensa pedía la libre absolución de Manuel Benito A.L. o subsidiariamente acusado como autor de un homicidio imprudente menos grave. Señaló que su defendido había cometido un despiste que había provocado un accidente y que, durante la vista oral, no había quedado acreditada la velocidad a la que circulaba ya que solo se basaba en la "sensación de los ciclistas atropellados".
La causa principal, según indicó haciendo referencia al atestado de la Guardia Civil, pudo ser una "distracción momentánea" para apuntar a que "una cosa es que las consecuencias sean graves y otra que la imprudencia también lo sea. No se puede prejuzgar la acción en función del resultado", señaló. A la salida de la vista justificó que Manuel Benito no declarara en sala por su avanzada edad y por lo afectado que se encuentra.