Repiten el juicio contra un millonario portugués por intentar matar a su mujer en Vigo: "Pensé que iba a morir, tenía mucha sangre"
Por Natalia Puga & Cristina Saiz
La Audiencia Provincial de Pontevedra repitió este martes el polémico juicio contra el empresario de portugués Carlos Inácio Pinto, acusado de presuntamente intentar asesinar a su esposa en un hotel de Vigo golpeándola reiteradamente con una maza e intentando asfixiarla. La vista oral ya se celebró en marzo de 2019 y acabó en una condena de once años y cuatro meses de prisión como autor de un delito de asesinato en grado de tentativa, pero esta semana ha regresado a la misma sala por orden del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG).
El tribunal que juzga los hechos es diferente al de hace diez meses, pero el resto del juicio se está repitiendo. Este martes, en la primera sesión de la vista oral en la Sección Cuarta de la Audiencia tanto el acusado como la presunta víctima y los testigos de los repitieron lo dicho en la primera ocasión, en muchos casos incluso con las mismas palabras.
En síntesis, el acusado y la supuesta víctima aportaron versiones contradictorias. Mientras él aseguró que ella le atacó y él, al repeler el ataque, la empujó, la tiró al suelo y forcejearon; ella asegura que él empezó, la golpeó con un objeto contundente en la cabeza, luego intentó asfixiarla y, ya en el suelo del baño del hotel, siguió agrediéndola, hasta que ella logró soltarse, salir al pasillo y pedir ayuda.
El caso está siendo juzgado, en esta ocasión, por tres magistrados nuevos, uno asociado a la misma sección cuarta de la Audiencia Provincial y dos de la otra sección penal con sede en Pontevedra, la segunda. El presidente del tribunal, Xosé Xoán Barreiro, se ha mostrado inflexible al pedir a las partes que no sean reiterativos en sus interrogatorios y en no permitir que se utilice en este procedimiento ningún material probatorio o referencia procedente del anterior juicio.
Este nuevo tribunal se ha designado porque el TSXG, tras revisar y estimar un recurso presentado por el millonario portugués, anuló la sentencia previa y obligó a que el juicio se repitiese en la misma sala, pero con nueva composición del tribunal. El alto tribunal gallego obligó a esta repetición al estima el recurso del condenado en el que cuestionaba la imparcialidad objetiva de las magistradas que integran el tribunal de la Audiencia al haber ratificado, en dos ocasiones, su prisión provisional.
Carlos Inácio Pinto, en prisión desde mayo de 2016, momento de los hechos, mantuvo su inocencia y aseguró que eran las 8.20 de la mañana y estaban juntos en la habitación del hotel cuando ella le atacó con una maza en el baño y él se limitó a defenderse. Su reacción fue empujarla, ella resbaló y fue en ese momento cuando ella se golpeó, pues presentaba múltiples lesiones.
El abogado del acusado dejó entrever que su cliente creía que ella quería que sufriese algún accidente y sacó a colación, en el interrogatorio a ambos, que unos meses antes ambos habían pasado tres semanas en Hawaii porque la hermana de ella iba a tener un hijo y ella le llevó a dar largos paseos e incluso a subir un volcán. Según el relato de él, en ese viaje un día "le dije de broma: parece que quieres matarme". Confirmó que ambos tenían un seguro de accidentes.
La versión de la presunta víctima, Eliza G.G.P., también es igual a la del anterior juicio. Sostiene que se levantaron por la mañana en el hotel y ella se duchó mientras él seguía en la cama. Ya había salido de la ducha y se estaba echando crema, todavía desnuda, cuando su esposo la atacó por detrás. La mujer declaró tras un biombo, acompañada por una psicóloga y visiblemente afectada y por momentos rompió a llorar.
Durante su declaración aseguró varias veces que aquel día temió por su vida. "Pensé que iba a morir, tenía mucha sangre", aseguró, tras relatar todos los detalles de aquella mañana. Así, sostuvo que estaba frente al espejo cuando sintió ese primer golpe, que fue con un objeto que ella no vio. Luego la siguió golpeando, pero ya no fue capaz de concretar si con ese mismo objeto o con los puños, pues "solo sé que me golpeaba, no podía ver (con qué)".
Según recordó, su único deseo en todo momento fue "solamente me quería soltar de sus manos". Además, relata que él se quedó con su cabeza entre sus brazos y que ambos cayeron al suelo y él se puso sobre ella y le agarró el cuello. Intentó liberarse una primera vez, pero él se interpuso en su camino y cerró la puerta, pero a la segunda sí consiguió salir al pasillo y, nada más salir, se encontró con una trabajadora del hotel que la ayudó.
El abogado del acusado sostuvo durante el juicio que ella fue a su despacho y le pidió dinero a cambio de retirar la denuncia, pero el magistrado que preside el tribunal no permitió que se siguiese el interrogatorio por estos hechos. Ella en todo caso, sí tuvo tiempo a reconocer que había ido a su despacho, pero que "nunca" había negociado ninguna retirada de la denuncia o cambio de versión.
Por la sala de vistas también pasaron varios trabajadores del hotel de Vigo. La primera en verla fue una trabajadora que estaba limpiando en la habitación contigua cuando escuchó "un golpe seco". Pensó que alguien se había caído en la ducha y quiso comprobarlo, si bien cuando llegó a la puerta de la habitación sintió "gritos de mujer" y "golpes secos" y pensó que era un ataque a una mujer, así que bajó a pedir ayuda. Cuando volvió a subir, se la encontró desnuda en el pasillo, ensangrentada, con golpes en la cabeza y muy nerviosa. La maza estaba en el suelo y con manchas de sangre y de inmediato llegaron otros dos compañeros. A todos les pidió que llamasen a una ambulancia y que socorriesen a su marido: "no sé que le pasa".
La Fiscalía pide que el acusado sea condenado por un delito de asesinato en grado de tentativa a 12 años de prisión, diez años más de orden de alejamiento y 15.000 euros de indemnización, si bien en la anterior ocasión en que se juzgaron los hechos la pena de la Audiencia fue de culpabilidad de 11 años y 4 meses. El juicio continuará el próximo jueves 30 de enero.
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