Aplazan un juicio por abusos sexuales y elaboración de pornografía infantil para hacer una contrapericial sobre la víctima
Por Natalia Puga
La sección cuarta de la Audiencia Provincial de Pontevedra ha aplazado hasta el mes de marzo el juicio contra un hombre acusado de abusar sexualmente de una menor que sufría un retraso madurativo para dar tiempo a la defensa del procesado a que realice una prueba contrapericial sobre la víctima.
El juicio estaba previsto para este jueves y se celebrará finalmente el 12 de marzo, plazo que las partes han considerado suficiente para que los peritos realicen ese informe. Para realizar esa contrapericial los especialistas accederán a las entrevistas realizadas a la víctima sobre las que ya se realizó un primer examen.
Las partes acudieron a la vista este jueves y, a petición de la defensa del acusado, se valoró la realización de esta pericial. La representación de la víctima accedió a que pudiesen utilizar las grabaciones de esas entrevistas para hacer su informe.
La defensa también pidió que el juicio, que se sigue por un delito continuado de abusos sexuales con penetración sobre menor de 16 años del artículo y otro delito continuado de elaboración de pornografía infantil sobre menor de 16 años, se celebre a puerta cerrada.
La decisión definitiva se comunicará el día de la vista oral, pues hoy no llegó a iniciarse la sesión, pero esta petición se encontró con la oposición de la Fiscalía, que sí considera que debe celebrarse a puerta cerrada la declaración de la vista, pero no el resto del juicio. El fiscal sí es partidario de que determinados testigos que así lo soliciten declaren protegidos por un biombo.
La Fiscalía pide que el acusado sea condenado a 19 años y diez meses de prisión y sostiene que los hechos ocurrieron en el año 2017, cuando la víctima tenía 14 años de edad y padecía un retraso madurativo con un grado de discapacidad del 35 % y pasó el verano en compañía del procesado y su esposa.
Según consta en el escrito de acusación de la Fiscalía, la menor se encuentra en situación de acogida y los acogedores la habían enviado a casa del procesado junto con su propio hijo menor de edad, nieto biológico del acusado, a pasar el verano. Desde el mes de junio de 2017 el procesado, con ánimo de satisfacer su instinto sexual, comenzó a mantener contacto telefónico con la menor, enviándole mensajes a través de Whatsapp en los cuales le proponía mantener relaciones sexuales con él.
Pese a que la menor inicialmente se negó, él continuó enviándole mensajes y le pedía que los borrase. En esos mensajes le envió fotografías de sus genitales, la citó para mantener relaciones sexuales y le pidió que le enviara fotografías desnuda y en actitud sexual explícita. Ella accedió en repetidas ocasiones y ambos guardaban esos archivos en la memoria de sus móviles, si bien no consta acreditado que ninguno de los archivos se difundiesen a través de las redes sociales a terceras personas.
En día no determinado de junio del año 2017, el procesado indicó a la menor que saliese a pasear en una zona de monte próxima a su vivienda en la que había una cuadra desocupada y ella accedió confiando en que no la obligaría a mantener relaciones sexuales en contra de su voluntad. Él comenzó realizarle tocamientos y a besarla pese a que ella no deseaba hacerlo.
Estos hechos se repitieron en otro día no determinado en los meses de junio y julio y, pasados unos días, él le envió un mensaje de Whatspp indicándole que acudiese a la mencionada cuadra. Una vez allí, mantuvo relaciones sexuales con ella pese a que ella le decía que parase, que no quería continuar. Esto se repitió en múltiples ocasiones durante el verano del 2017, tanto en la cuadra como el interior del domicilio.