Un acusado de abusar sexualmente de una menor reconoce que le envió una foto desnudo: "Me arrepiento"
Por Natalia Puga & Cristina Saiz
Un vecino de Mondariz se sentó este jueves en el banquillo de los acusados de la sección cuarta de la Audiencia Provincial de Pontevedra por presuntamente abusar sexualmente de una menor que sufría un retraso madurativo y negó todas las acusaciones excepto una: reconoció haberle enviado una foto desnudo a la niña, que tenía 14 años.
El acusado declaró en un juicio que también estuvo marcado por el avance del coronavirus, pues la magistrada presidenta del tribunal, Nélida Cid, decidió que tan sólo acudiesen a la vista los medios de comunicación que iban a informar del juicio, y no otro tipo de público, para evitar el contagio. Además, a los informadores se les instó a sentarse todos en el último banco y separados entre ellos.
Al inicio del juicio, el abogado defensor del acusado aprovechó el trámite de cuestiones previas para, amparado por la declaración de "pandemia" realizada por la Organización Mundial de la Salud, pedir que la vista fuese a puerta cerrada.
El letrado hizo esta petición aludiendo a la "salud y seguridad de todos", pero la magistrada la rechazó porque ya se habían tomado las "medidas de precaución" adecuadas restringiendo el acceso y permitiendo a los periodistas y fotógrafos ocupar solamente el último banco.
Este mismo abogado también hizo una 'broma' en un momento dado sobre el coronavirus. Su cliente necesitó beber agua, la magistrada le ofreció una botella y el letrado bromeó señalando su propia botella de agua: "esta igual está infectada con coronavirus". A Nélida Cid no le hizo gracia y respondió: "espero que no, letrado, sino sería su responsabilidad venir aquí con ese diagnóstico".
El juicio, que ya había sido aplazado con anterioridad para dar tiempo a la defensa del procesado a realizar una prueba contrapericial sobre la víctima, continuará el próximo martes 17 de marzo, tras la declaración este jueves del acusado, la víctima y los primeros testigos.
La declaración de la víctima se realizó a puerta cerrada para preservar su intimidad, pero sí fue pública la del acusado, a quien el fiscal atribuye un delito continuado de abusos sexuales con penetración sobre menor de 16 años del artículo y otro delito continuado de elaboración de pornografía infantil sobre menor de 16 años, se celebre a puerta cerrada por los que pide que sea condenado a 19 años y diez meses de prisión.
Los hechos ocurrieron en el año 2017, cuando la víctima, que padece un retraso madurativo con un grado de discapacidad del 35 %, tenía 14 años de edad y pasó el verano en compañía del procesado y su esposa. La menor se encuentra en situación de acogida y los acogedores, su hermano y su esposa -esta hija del acusado-, la habían enviado a casa del procesado junto con su propio hijo menor de edad, nieto biológico del acusado, a pasar el verano.
El fiscal sostiene que desde el mes de junio de 2017 el procesado, con ánimo de satisfacer su instinto sexual, comenzó a mantener contacto telefónico con la menor, enviándole mensajes a través de Whatsapp en los cuales le proponía mantener relaciones sexuales con él y le envió fotografías de sus genitales, la citó para mantener relaciones sexuales y le pidió que le enviara fotografías desnuda y en actitud sexual explícita.
El acusado negó que la víctima le enviase fotografías a él, sino que solo le hizo llegar una en pantalón corto, y solo reconoció que él le envió a ella una foto desnudo. Lo hizo, según su testimonio, porque ella le vio esa foto en su móvil y le pidió que se la enviase. "Me arrepiento de haberlo hecho", aseguró, "porque me destrozó la vida".
Así, añadió que este procedimiento judicial le provocó que "perdí a la mujer, perdí a mi nieto, perdi a mis hijos, lo perdí todo". En un momento dado, incluso se echó a llorar, al relatar que había pedido a su mujer, de la que ahora está separado, y no volvió a ver su nieto pequeño, al que adora.
Según la Fiscalía, el procesado indicó a la menor que saliese a pasear en una zona de monte próxima a su vivienda en la que había una cuadra desocupada y ella accedió confiando en que no la obligaría a mantener relaciones sexuales en contra de su voluntad. En dos días diferentes le realizó tocamientos y durante varios más mantuvo relaciones sexuales con ella pese a que ella le decía que parase, que no quería continuar. Esto se repitió en múltiples ocasiones durante el verano del 2017, tanto en la cuadra como el interior del domicilio.
El acusado lo niega todo, asegura que sólo fue a esa cuadra una vez con su nieto menor y niega toda relación sexual. "Yo nunca tuve relaciones íntimas con ella", aseguró, y atribuyó la denuncia a "una trama para perjudicarme" en la que parte de la familia con la que ya entonces se llevaba mala "preparó" a la menor para que le acusase.
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