Así están viviendo los políticos locales el confinamiento por el coronavirus
Por Alejandro Espiño
Los políticos municipales, al igual que el resto de la población, sufre en sus carnes las medidas impuestas por el Gobierno ante el avance del coronavirus. Pero, acostumbrados a verlos en activo casi a diario, muchos se preguntan ¿qué están haciendo durante este confinamiento?
El alcalde de Pontevedra, Miguel Anxo Fernández Lores, solo sale de casa para acudir a diario al Concello para conocer los datos y novedades acerca de la pandemia. Pero la mayor parte del día la pasa en su vivienda de Marcón, en compañía de su familia.
Dado que su mujer, médico en el Hospital Provincial, está en primera línea frente al coronavirus, él se encarga de toda la intendencia del hogar, especialmente de la cocina, que es una de sus grandes pasiones.
El resto del tiempo "lo paso como todo el mundo", afirma. Ha echado mano de lecturas pendientes y de series que le recomiendan sus hijos para entretenerse durante el confinamiento. Eso y, según reconoce, "poner en orden cosas para las que parece que nunca hay tiempo".
En el caso de sus compañeros de grupo, por su parte, aseguran que pasan esta cuarentena "como todo hijo de vecino", pero sobre todo manteniendo encuentros virtuales entre ellos para coordinar el trabajo municipal y departir sobre el avance de la situación.
El teniente de alcalde, el socialista Tino Fernández, también dedica gran parte de su jornada al trabajo diario. Lo hace compaginando, por un lado, sus habituales llamadas a su madre Lolita, de 84 años, "que afortunadamente está perfectamente", y a amigos y compañeros.
Para animar su confinamiento asegura recurrir a los libros "por evasión", jugar a juegos de mesa con su familia y, sobre todo, hacer ejercicio durante 45 minutos diarios. "En casa se puede hacer mucho y de muy buena calidad con rutinas muy simples", asegura.
Yoya Blanco, por ser asmática, no sale nada de casa. "Las compras las hace mi marido", explica. Ella, además de supervisar el trabajo municipal de su área, Promoción económica, "juego muchísimo al Monopoly" con su familia y ayuda a sus dos hijos, de 8 y 5 años, con sus deberes.
Reconoce que la cuarentena "nos ha cambiado el horario" y que se acuesta muy tarde. Además, "cocino mucho" y estos días suele hacer empanadas y tartas. "No engordo por la máquina de andar y el estrés que tengo ", asegura entre risas.
Conjugar esa vida profesional y familiar también es el reto de Iván Puentes. Él y su mujer teletrabajan, por lo que se turnan para cuidar de sus dos hijos. "Nos alternamos para reproducir en lo posible el ambiente del colegio", señala el edil socialista.
Junto con sesiones de cine y juegos, su confinamiento tiene dos actividades fundamentales: el ejercicio físico "que procuro hacer todos los días" y su reconocida "obsesión compulsiva" por la limpieza. "Soy muy maniático. Limpio sobre lo que ya está limpio", reconoce.
Esa ansia por la limpieza también la comparte Paloma Castro. "Me siento un poco Marie Kondo", subraya la responsable de servicios sociales, que dedica gran parte del día a atender "mi maniático impulso por la limpieza y el orden".
En la medida de lo posible, por sus dos hijas, intenta mantener la rutina "de siempre" y las ayuda en sus estudios. Junto a un trabajo que, a veces, la desborda un poco, Castro reparte su tiempo entre la cocina, sesiones de cine en familia y lecturas y juegos educativos con sus hijas.
En el trabajo, por su parte, también se ha refugiado Rafa Domínguez que, por su actividad médica, combate el coronavirus desde primera línea. Eso sí, como todos, pasa más tiempo en casa y una de sus aficiones, los cómics, lo mantiene entretenido.
"Tengo bastantes más de mil", reconoce. Aprovecha el confinamiento para clasificar los últimos que ha adquirido. "Y a veces rebusco por Internet para localizar colecciones que me falten", especialmente una de sus predilecciones, las historias antiguas de Batman.
Además, series como La casa de papel, la coreana Kingdom o The Mandalorian, ambientada en el universo Star Wars, lo mantienen entretenido. Al igual que El paciente, la novela de Juan Gómez Jurado que está leyendo, y los deberes de su hijo, con los que suele ayudarle.
En el caso de Pepa Pardo está aprovechando que su carga de trabajo como abogada es mucho menor para avanzar en su tesis. Pero, sin duda, su "gran descubrimiento" de esta cuarentena ha sido el ejercicio físico. "Es algo que no hacía en mi vida normal y ahora me encanta", afirma.
"Empecé con diez minutos diarios de cardio y ya voy por treinta", relata orgullosa. El resto de la jornada lo dedica a hacer mascarillas "porque vi un tutorial en Youtube", a la repostería y pasa mucho más tiempo con su hija y, además "hemos vuelto a los juegos de mesa".
Pendiente de la llegada de su primera hija está, mientras tanto Pablo Fernández. Su mujer ya ha salido de cuentas por lo que gran parte de la cuarentena la han dedicado a ultimar los preparativos. Además, está aprovechando para adelantar trabajos pendientes y asiste a formación online por parte del colegio de ingenieros.
Lo que no ha descuidado, desde luego, es su forma física. Entrena hora y media diaria en el rodillo mediante clases virtuales. El resto del tiempo lo dedica a ver series como Narcos o The Crown y está "leyendo mucho", actualmente Silencio en Hanover Close, de Anne Perry.
Entre el teletrabajo y el cuidado de sus dos hijos de siete meses y casi dos años, pasa casi todo su tiempo Ana Isabel Vázquez. "Tenemos la suerte que vivimos en una casa con jardín y no estamos tan encerrados", reconoce. Algo que le sirve para estar algo más entretenidos.
"Los niños me marcan el ritmo", afirma la edil del PP, que ha abandonado su rutina de correr junto a su marido. Fuera de casa es imposible y, vistas las circunstancias, parece que dentro también porque "intentamos comprar una cinta de correr pero están todas agotadas".
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