'Los abuelos' del CAAN, Apro y Coqui, encuentran un hogar después de seis y cuatro años en el centro de acogida
Por Redacción
Los abuelos del CAAN, Apro y Coqui, por fin encontraron un hogar.
Los dos animales entraron en el CAAN siendo solo unos cachorros y vivieron en el centro de la Deputación de Pontevedra sus seis y cuatro años de vida respectivamente. Pero después de tan larga espera, 'los abuelos' del Centro de Acogida y Protección de Animales de la Armenteira, encontraron por fin un nuevo hogar y ambos ya son los mejores compañeros para las suyas estrenadas familias en Madrid y Marbella.
Apro se convirtió en el perro que llevaba más tiempo en el CAAN tras la marcha de Bertín, en el mes de diciembre del pasado año. Entró en julio del 2014 siendo un cachorro de solo tres meses y había sido recogido por el personal del centro tras ser abandonado en Barcela, en el ayuntamiento de Arbo. La propia presidenta de la Deputación, Carmela Silva, hizo varios llamamientos para su adopción hasta que esta finalmente tuvo lugar hace unas semanas, cuando Apro partió para Madrid junto a otro perro del centro, Mondo, recogido en Meaño hace un año.
Ambos animales son muy semejantes, cruces de grifón. Las adopciones fueron posibles gracias a la mediación de dos vecinas de Pontevedra, Rosa Sines y Lupe Vázquez, que ya habían colaborado anteriormente para dar salida a otros animales del CAAN y facilitaron el traslado de los perros. Sines destacó que "Apro, que ahora se llama Bico, se encuentra fenomenal y está adaptándose muy bien a su nueva familia, de origen gallego, y vive en una casa de campo en la comunidad madrileña".
Tras su marcha, el relevo como abuelo del CAAN lo había recogido Coqui, que entró en las instalaciones de la Armenteira en enero del 2016. Era entonces un cachorro de tres meses y había sido recogido en el ayuntamiento de Silleda, en concreto en el lugar de la Cira. Pero su condición de veterano también duró poco, ya que la pasada semana Coqui ya viajó hasta Marbella, donde fue adoptado por Andree Marie Zanussi.
Esta ciudadana de origen italiano conoció al perro por la imagen que compartió en redes sociales una protectora que colabora habitualmente con el CAAN y fue su hija, Mia, de seis años de edad, la que eligió la Coqui cómo nuevo compañero de juegos, ahora bajo el nombre de Cuore (corazón en italiano).
Zanussi señala que "desde siempre tuve perros y perras, nunca comprados, sino adoptados, y tampoco me fijo en los cachorros, porque tienen salida más fácil. Por eso siempre opto por los que llevan mucho tiempo. En este caso Coqui llevaba cuatro años y me parece mucho", explica.
"Acabamos de mudarnos la una casa y mi hija ya tiene seis años, así que pensé que era un buen momento, porque yo también crecí con perros". La nueva dueña de Coqui añade que llegó el viernes 4 de junio muy asustado después del largo viaje, pero poco a poco cada día va tomando más confianza; es un perro muy bueno y este pasado domingo disfrutó de su primer día de paseo cerca de la playa.
Andree Zanussi destacó también las facilidades para realizar la tramitación de la adopción en el CAAN, con el que tuvo el primer contacto días antes de que había comenzado el confinamiento. "Supuse que las adopciones iban a estar paradas y esperamos", agrega.
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