Condenado a once años de cárcel por abusar de una menor con retraso madurativo que su hija tenía en acogida
Por Natalia Puga
Once años de prisión y otros nueve de libertad vigilada. Esta es la condena que acaba de imponer la sección cuarta de la Audiencia Provincial de Pontevedra a un hombre acusado de abusar sexualmente de una menor de 14 años que sufría un retraso madurativo. Se trata de una adolescente a la que su hija tenía en acogida.
La Audiencia le condena como autor de un delito de abuso sexual continuado con prevalimiento y penetración por el que le impone también la prohibición de comunicarse por cualquier medio y de aproximarse a menos de 500 metros de la víctima por un tiempo superior en nueve años al de la duración de la pena de prisión impuesta.
El condenado también ha sido inhabilitado para cualquier profesión u oficio, sea o no retribuido, que conlleve contacto con menores por un tiempo superior en cinco años al de la duración de la pena de prisión impuesta. En concepto de responsabilidad civil, deberá indemnizar a la menor con 25.000 euros.
Los hechos ocurrieron en el año 2017, cuando la víctima tenía 14 años de edad y pasó el verano en compañía del procesado y su esposa en Mondariz. La menor se encuentra en situación de acogida y los acogedores, su hermano y su esposa -hija del acusado-, la habían enviado a casa del procesado en Mondariz junto con su propio hijo menor de edad, nieto biológico del acusado, a pasar el verano.
Los jueces destacan que el hombre mantenía "una relación familiar" con la menor, quien presentaba un retraso madurativo acreedor de un grado de discapacidad del 35%, y que tenía "pleno conocimiento" de que la niña tenía 14 años.
Los magistrados consideran probado que el procesado, "con ánimo de satisfacer su instinto sexual", comenzó a mantener contacto telefónico con la joven enviándole mensajes a través de WhatsApp en los que le proponía mantener relaciones sexuales, mensajes que eran borrados por la menor por indicación del procesado. Además, llegó a enviarle una fotografía de su pene desnudo citándole para mantener relaciones sexuales.
En día no determinado del mes de julio de 2017, según recoge la sentencia, el procesado indicó a la chica que saliese a pasear con su perro a una zona de monte próximo a la vivienda, lugar deshabitado y poco concurrido, en donde comenzó a tocarle el pecho por encima de la ropa y a besarla en la boca.
Otro día de julio, el hombre requirió a la menor para que acudiese a una cuadra de ovejas sita en un monte cercano a su domicilio. Una vez en el lugar en el interior de la cuadra, "con el propósito de satisfacer su deseo sexual, realizó tocamientos en el pecho y culo de la menor y la besó en la boca, sin que la menor se opusiese.
Pasados unos días, se citó nuevamente con en la mencionada cuadra y una vez allí, la besó en la boca, bajándose el pantalón al tiempo que ella se bajó su pantalón y las bragas y, tras tumbarla, cuando estaban ambos en el suelo, el acusado mantuvo relaciones sexuales con ella.
Estas relaciones sexuales se repitieron al menos en tres ocasiones más con anterioridad a la presentación de la denuncia el 7 de agosto de 2017, en el mismo lugar y una de ellas en el interior del domicilio del procesado, concretamente en un cuarto sito en la planta baja del inmueble.
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