Colegios e institutos buscan nuevos espacios para cumplir con la distancia de seguridad entre estudiantes
Por Manu Otero
Encontrar espacios en los que alojar a todos los alumnos de cada clase y cumplir con la distancia de seguridad de metro y medio entre estudiante que marca el protocolo de la Xunta es el principal problema que se encuentran los equipos directivos de colegios e institutos de Pontevedra ante el inminente inicio del curso, previsto para el 10 de septiembre en Educación Primaria y, el día 16, para ESO, Bachillerato y Formación Profesional.
Con ratios que, muchas veces, superan los 25 alumnos por grupo, las dimensiones de las aulas son insuficientes. Por ello, los directores de los centros se afanan a contrarreloj para dar con espacios alternativos o en la confección de horarios para desdoblar cursos y conseguir ampliar la plantilla de docentes.
"Comezamos en xullo a preparar a volta, cando se aprobou o protocolo. Distribuimos os espazos e organizamos as entradas e saídas, pero cos cambios do día 31 de agosto, que pasaron dunha distancia de un metro entre alumnos a 1,5, case colapsamos", explica el director de las Doroteas, Francisco Balado. "En Educación Primaria non temos problema porque son aulas burbulla, pero na ESO para meter a 25 alumnos necesitamos aulas de 60 metros cadrados. Estamos buscando espazos alternativos como a capela ou o salón de actos", confiesa el profesor.
Más angustiosa es todavía la situación en el IES Valle Inclán. Su privilegiada ubicación en el centro de la ciudad se convierte ahora en un problema por las reducidas dimensiones de sus aulas y la imposibilidad de encontrar espacios alternativos para dar cabida a sus más de 800 estudiantes de ESO, Bachillerato y adultos.
"Temos 30 alumnos por aula, a máis grande ten capacidade para 25 alumnos, estamos en contacto con Inspección Educativa para ver se podemos facer quendas", expone la directora del instituto, Pilar Freitas, quien siente que es "frustrante" ver que la planificación realizada durante todo el verano resulta ahora inútil. "Senón fose polo último cambio, iriamos ben", asegura.
En la Educación Primaria la situación es menos preocupante. "Tivemos que habilitar novos espazos, o único problema que temos é cos armarios que empregabamos para gardar material nas aulas, teremos que levalos a algún almacén", explica el director del CEP Campolongo, José Manuel Sancho, Pachú; en un tono más relajado que sus homólogos.
La solución a la falta de espacio se antoja complicada en la mayoría de los casos. Las alternativas que barajan en la directiva del céntrico instituto pontevedrés pasan por volver a la distancia de un metro entre alumnos, algo que actualmente incumpliría el protocolo de seguridad, o desdoblar cursos y crear nuevos grupos, "pero faríannos falta máis profesores", alerta Freitas. Ideas planteadas en otros lugares como sacar las clases a la calle lo ven algo inviable. "Non imos montar unha carpa en Montero Ríos", descarta la directora.
Aunque en las Doroteas disponen de más espacio, la distribución del mismo está resultando también todo un desafío. "Intentaremos non desdoblar, pero se temos que facelo, haberá cursos que terán que vir pola tarde e terannos que mandar máis profesores", señala Balado, quien espera encontrar la solución para redistribuir sus cerca de 1.000 estudiantes sin modificar los horarios. "En primeiro e segundo da ESO temos moitos rapaces e rapazas, haberá una clase máis ampla que irá a estes espazos alternativos", desvela el director los planes para el inicio del curso.
No es la reestructuración de las aulas la única dificultad que entraña este inicio de curso 2020-2021 marcado por la pandemia de la Covid-19, evitar aglomeraciones durante todo el horario lectivo es una obligación que debe cumplir cada centro. Las entradas y salidas escalonadas es algo que se está implantando en todos los colegios e institutos, pero existe otro momento de la jornada en el que, en cursos anteriores, convivía todo el alumnado. "Faremos dúas quendas de recreos de vinte minutos e ademais temos o patio parcelado", explica Pachú, sus planes para el tiempo de asueto de los escolares de Campolongo.
En las Doroteas la solución es similar, "dividimos o patio en A, B e C, os recreos serán por quendas, máis curtos e haberá grupos que algún día non poderán saír", asume con resignación Balado.
Los miedos, preocupación y preguntas de los padres es otro asunto novedoso al que las directivas de los colegios tienen que hacer frente en este convulso mes de septiembre. "Todo se resolve con información", afirma armándose de paciencia el director de las Doroteas, que ultima la redacción de una circular que publicará en los canales oficiales del centro y hará llegar a todos los padres y madres del alumnado. Además, los primeros días de clase habrá sesiones informativas en las aulas para concienciar al alumnado de la importancia de conocer y cumplir las nuevas normas de seguridad sanitaria.
En Campolongo iniciarán la próxima semana una reunión aula por aula a la que acudirá un solo padre o madre de alguno de los alumnos del curso para recibir las explicaciones y conocer de primera mano las rutinas del nuevo curso para comunicárselo luego al resto de progenitores. Asimismo, los alumnos también recibirán estas instrucciones. "O día 10 os alumnos de primeiro, segundo e terceiro entrarán de forma graduada e explicaráselles como deben moverse; e ao día seguinte faremos o mesmo cos tres cursos seguintes", detalla Jose Manuel Sancho.
La seguridad y aplicación del protocolo ocupa los primeros puntos del orden del día en las reuniones del profesorado para la organización del nuevo curso, pero las directivas alertan que no conviene olvidar la parte pedagógica. "Temos que planificar o curso dun xeito presencial, semipresencial ou telemático e tamén ver como recuperar o terceiro trimestre do curso pasado", alertan desde las Doroteas.
En el Valle-Inclán, también están pendientes de esta situación y la recuperación de los temas no impartidos en el último curso irán incluidos en las planificaciones didácticas de cada departamento, explica la directora.
Pocos dudan de que el inicio del nuevo curso escolar va a suponer un enorme reto para toda la comunidad educativa. Y debe salir adelante en un clima de miedo y preocupación que afecta a toda la sociedad y del que el profesorado tampoco es ajeno.
"Claro que estamos moi preocupados pola pandemia. Aquí somos setenta mestres, dez PAS, persoal de recepción, de secretaría, temos actividades extraescolares...", enumera Balado las infinitas posibilidades de contacto que se pueden dar en un centro educativo como el que dirige. "Pero esto ten que botar a andar e termos que resolvelo conforme ao protocolo", sentencia.
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