'Disciplina positiva' es una metodología que tiene más de cuatro décadas, cuenta con una argumentación científica y unas herramientas que hay que aprender a utilizar. Descarta el conductismo, la pegagodía en la que varias generaciones fueron educadas, basada en el condicionamiento. Esto es, castigo o premio. "Y hoy en día es evidente que no funciona; no estamos educando, estamos amaestrando", dice María Soto, psicóloga y logopeda gallega, en el podcast del Cara a cara que acompaña a esta información.
Hay máximas en este método como el respeto recíproco, el equilibrio entre firmeza y cariño, fortalecer el sentimiento de pertenencia - no en el sentido de posesión material -, o aprender a tener un propósito en la vida. Esta madre de una niña y dos niños, también habla de paciencia, represión o uso de las emociones.
"Cuando cometemos un error - seas niño o adulto - nos sentimos culpables y tenemos miedo porque esperamos una consecuencia negativa. Si se enseña a no tener miedo a fallar sino a aprender a solucionar en lo que se ha fallado, se crece sin culpa y con responsabilidad", explica en PontevedraViva Radio.
Es formadora además en esa 'Disciplina positiva' y lo hace a través de conferencias, talleres e igualmente online a través de su blog. Acaba de editar el libro 'Educa bonito' en la que expone su experiencia profesional y personal "después de seis años aplicando esta disciplina en mi casa, puedo decir que funciona y los resultados son maravillosos".