Los científicos del Coordinadora para el Estudio de Mamíferos Marinos (Cemma) concluyen que los 22 casos registrados este verano de interacciones de orcas con veleros a lo largo de la costa gallega pueden estar relacionadas con un incidente de este grupo de tres ballenas, nombradas por el equipo de investigadores que las siga como Gladis, con una embarcación de este tipo que desencadenó una serie de comportamientos preventivos en los cetáceos consistentes en manipular el timón de los veleros con el objetivo de disminuir la velocidad de la embarcación.
Desconocen los científicos consultados por la Cemma si el detonante de estos comportamientos nunca antes vistos en Galicia fue un hecho accidental o voluntario. Sí que hay constancia en aguas del Estrecho de que las interacciones de orcas jóvenes con barcos de diverso tipo son habituales y se producen por la mera curiosidad de los mamíferos.
"Son especialmente atractivas para los cetáceos en general, y para las orcas en particular, la parte trasera de los barcos, donde existen estructuras móviles y ruidosas", recoge el estudio al que hace referencia la Cemma.
No obstante, y dada la falta de evidencias, los investigadores tampoco descartan que estas interacciones sean un comportamiento inducido por su propio interés y curiosidad dado que "al tocar partes móviles del barco pueden mover o llegar a detener un gran objeto en movimiento", recoge otra de las hipótesis.
Estos individuos avistados en Galicia en su habitual migración hacia el norte procedentes del sur de Portugal pertenecen, según han podido constatar los científicos, a la subpoblación de las orcas del estrecho de Gibraltar.
El informe de la Cemma recoge que desde el 10 de agosto se empezaron a registrar orcas por la costa de Galicia. El día 19 fueron avistados 13 ejemplares repartidos en tres grupos del que solo uno realizó interacciones con barcos. La última interacción fue registrada el 30 de agosto.
Después de inspeccionar las embarcaciones, los científicos constaron que solo el 15 % de los contactos ocasionaron daños a los veleros.
En total se registraron 46 contactos entre orcas y humanos, de los que el 52%, 24 casos, consistieron en simples avistamientos. Los restantes, fueron interacciones con veleros saldándose el 13% sin consecuencias, el 20% con daños leves que no impidieron la vegación, el 15% sufrieron daños que sí impidieron la nevagación aunque en ningún momento peligró la integridad de la nave ni de la tripulación.
Sin embargo, sí que se produjeron situaciones de angustia entre los marineros en algunas situaciones porque las interacciones ocurrieron de noche, fueron duraderas y se produjeron movimientos bruscos del timón o giros en la embarcación.
La Coordinadora para el Estudio de Mamíferos Marinos contó con la colaboración de las investigaciones realizadas por el Grupo de Trabajo internacional de expertos en cetáceos, que conocen en profundidad al grupo de tres orcas que interactuó con los veleros en Galicia, para arrojar luz sobre unos encuentros que generaron un intenso debate durante las últimas semanas del verano en Galicia.