Denuncian a una empresa de Poio por enviar a 14 trabajadores gallegos a cavar zanjas a Alemania y no pagar
Por Mónica Patxot & Anxo Lourido
La CIG y varios trabajadores contratados por la empresa Camsoar, registrada en Campelo (Poio), han denunciado públicamente este viernes la odisea que han vivido en los últimos meses. Según indican, esta entidad estafó a 14 trabajadores a los que les prometió unas condiciones laborales ventajosas en las que destacaba un salario de 3.500 euros al mes para trabajar en Alemania. Esas condiciones jamás llegaron a cumplirse.
Mario Maceiras, responsable de Negociación Colectiva de la CIG-Construción, tuvo conocimiento del caso cuando varios de los afectados se encontraron ante los incumplimientos reiterados que comprobaron ya desde el inicio del viaje a Alemania.
Los trabajadores afectados explicaban este viernes que no llegaron a firmar contrato alguno antes de emprender la marcha. Se les había prometido un anticipo de 400 euros a cada uno para hacer frente a los gastos del viaje pero esa cantidad se redujo a 350 euros para todos, una cantidad muy reducida para estos empleados que se trasladaron en un coche particular y en una furgoneta de la empresa hasta una localidad próxima a Frankfurt.
Una vez que llegaron a su destino descubren que el lugar previsto para su alojamiento es una "infravivienda" sin condiciones mínimas de salubridad ni de habitabilidad hasta el punto de que contaba con una puerta abierta que permitía el acceso de cualquiera a ese espacio. Los problemas continuaron al comprobar que carecían de las herramientas precisas para realizar el trabajo establecido, la creación de una zanja para fibra óptica. A partir de ese momento, varios de estos hombres decidieron abandonar antes de iniciar la obra al comprobar, además, que los requisitos diarios que les exigían eran inasumibles y se temieron que la empresa alegaría bajo rendimiento para despedirlos y no pagarles. Y así sucedió en el caso de uno de los operarios que, tras cuatro días de trabajo, solo recibió 180 euros.
Gracias a gestiones con la CIG y con el coordinador del BNG en Alemania, primero tres trabajadores y después otros cuatro, consiguen regresar a Galicia. Los otros siete se mantuvieron trabajando a la espera de que la situación cambiara ya que, según relataba Maceiras, están sufriendo situaciones complicadas económicas. Pero la empresa ya les ha comunicado que abandonen Alemania y se vuelvan a Galicia. Desde la CIG entienden que los medios alemanes y la propia empresa Nokia, para la que trabajaba la contrata de Poio, rompieron la relación con esta empresa e incluso se pusieron en contacto con la central sindicalista para conocer los detalles de esta situación precaria.
Ante esta situación, el sindicato trasladó el caso a la Inspección de Trabajo y estudia la opción de presentar una denuncia penal. Xaquín Agulla, secretario comarcal de FCM-CIG, reclamaba también la intervención de la Fiscalía para depurar responsabilidades. Demandan el pago del dinero que les corresponde desde el momento en que fueron dados de alta en la Seguridad Social, aunque alguno de ellos ni siquiera llegó a ser dado de alta.