Alertan de la presencia de medusas en las Rías Baixas y de cómo actuar ante una picadura
Por Anxo Lourido
La Coordinadora para o Estudo dos Mamíferos Mariños (CEMMA) alerta de la presencia durante los últimos días de carabelas portuguesas (Physalia physalis) y otras especies de aguamares en el litoral de las Rías Baixas y en la costa atlántica. Estas denominadas "medusas" son asociaciones de animales diferentes que viven en colonia, con diferentes funciones de flotación, caza y reproducción, según indican desde este organización que se encarga del estudio de especies marinas.
Apuntan a que la presencia de estos cuerpos gelatinosos es un proceso natural de acercamiento de masas de agua calientes empujadas por borrascas procedentes del oeste. De esta forma se van acercando a las costas gallegas especies como la Physalia physalis, pero antes se detectaron otras como la Pelagia noctiluca, Chrysaora hysoscella, Velella velella o la Rhizostoma pulmo.
El colectivo investigador asegura que la disminución de tortugas marinas, depredador natural de estos aguamares, en los últimos años en todo el planeta es la causa que provoca el aumento de las popularmente denominadas medusas en las playas de las Rías Baixas.
CEMMA recomienda tomar precauciones siempre que se detecten en las orillas de los arenales. En muchas ocasiones no se detecta la especie completa, sino tentáculos rotos al fracturarse el animal por las olas pero esos fragmentos de agua mar pueden seguir activos y es necesario el paso de un día de sol para desactivar los efectos de las células urticantes.
Es preferible evitar paseos en la zona de rompientes de olas donde pueden abundar esos fragmentos de medusa y evitar tocar estos organismos aunque parezcan muertos. Principalmente se alerta a menores y personas con historial de enfermedades cardiacas o alergias como atopía o asma y, sobre todo, a personas que ya fueron picadas por medusas ya que se encuentran sensibilizadas y la reacción se suele presentar de manera más severa.
Ante una picadura se aconseja intentar identificar la especie de medusa que ocasionó el daño porque resultará más fácil encontrar el tratamiento médico para desactivar el filamento que se clava en la piel de la víctima.
En todo caso, nunca se debe limpiar con agua dulce o frotar la zona afectada. Siempre se deberá usar agua salada o mejor aún, suero fisiológico. Se deberá extraer cualquier resto de tentáculo que permanezca adherido a la piel, siempre con las manos cubiertas. Lo ideal es realizar esta operación con pinzas y guantes. En el caso de una carabela portuguesa, el CEMMA indica que unos guantes finos de látex serán insuficientes para proteger de nuevas picaduras.
En el caso de la carabela portuguesa se debe aplicar calor o inmersión en agua caliente durante 15 minutos. Pero la solución es diferente con el resto de especies, en los demás casos se debe aplicar frío durante un cuarto de hora utilizando una bolsa con hielo pero nunca aplicar el hielo directamente al tratarse de agua dulce.
Si la víctima no mejora tras más de 15 minutos de aplicación de la bolsa de hielo o si comienzan complicaciones respiratorias, convulsiones o alteraciones cardiacas, debe ser trasladada de manera inmediata a un centro hospitalario para una observación urgente.