"¿Es usted consciente de que se le está juzgando?"
Por Oskar Viéitez
Este martes se celebró en la Audiencia de Pontevedra la primera sesión de un juicio contra un vecino de Pontevedra acusado de los delitos de malos tratos sobre la mujer, agresión sexual y amenazas leves.
Sin embargo el estado de este hombre sembró las dudas de la Fiscalía y del propio tribunal hasta el punto de que la magistrada presidenta de la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial, Nélida Cid, se dirigió al acusado para preguntarle "¿es usted consciente de que se le está juzgando?" a lo que el procesado contestó "yo no hice nada".
Según explicó el abogado que defiende los intereses de este hombre, su cliente "se ha tomado hoy unas siete pastillas". El acusado corroboró esta circunstancia "estoy tomando medicación". "¿Pero usted se entera de lo que pasa en la Sala?", insistió entonces la magistrada. "Un poco sí...", contestó el acusado.
Ante esta situación el tribunal optó por suspender la vista durante media hora para que este hombre fuese evaluado por la médico forense que, después de entrevistar al acusado y chequear su estado de salud, valoró que podía ser juzgado con garantías por se "consciente" del proceso judicial al que está sometido y sus posibles consecuencias.
Además, han añadido que "tiene un recuerdo de los hechos" por los que está encausado "y responde con claridad y con prudencia" aunque en algunas ocasiones "alega que no entiende lo que se le pregunta".
De este modo se retomó la vista aunque el acusado optó por responder únicamente a las preguntas de su letrado y este se dirigió a él para formular una única pregunta sobre si su negativa a responder era porque había tomado esa medicación a lo que su cliente respondió afirmativamente.
A continuación compareció la víctima a puerta cerrada.
La Fiscalía de Pontevedra solicita nueve años y cuatro meses de prisión para este pontevedrés que está acusado de haber maltratado y haber agredido sexualmente a su expareja, tras no aceptar su separación tras poco más de un año de relación sentimental.
Según recoge el fiscal en su escrito de acusación, los malos tratos habrían comenzado a los siete meses de iniciar la relación y, en concreto, relata un episodio que ocurrió en una calle de Pontevedra en septiembre de 2018.
El acusado estuvo cerca de un año en prisión provisional por estos hechos y en la actualidad está en libertad, obligado a llevar un dispositivo de seguimiento telemático para comprobar que no se acerque a menos de 500 metros de la víctima.
Junto con la pena de cárcel, la Fiscalía reclama al tribunal que se le impongan ocho años de libertad vigilada tras su salida de prisión, manteniendo además la orden de alejamiento durante año y medio más del tiempo que pase encerrado.
Además, exige que indemnice a la víctima con 250 euros por las lesiones causadas y al Servizo Galego de Saúde con los 1.220 euros que costó la atención médica recibida por la mujer tras la agresión sexual sufrida.