Elevan la petición de prisión para un pontevedrés acusado de maltratar y violar a su pareja para ejercer su "control y dominación"
Por Natalia Puga
La Fiscalía ha decidido elevar la pena de prisión a la que pide que sea condenado un vecino de Pontevedra acusado de los delitos de maltrato, amenazas leves y agresión sexual de su pareja. Inicialmente pedía nueve años y cuatro meses de prisión, pero este jueves, tras terminar el juicio contra él en la Audiencia Provincial, decidió pedir dos años más, 11 años y cuatro meses.
El hombre fue juzgado entre el martes y este jueves en la sección cuarta de la Audiencia Provincial de Pontevedra y, finalizado el juicio, la fiscal del caso quiso añadir ciertos matices a su acusación inicial y elevar la condena. Así, quiso añadir que la pareja estuvo cerca de un año de relación sentimental "análoga a la conyugal" y que el acusado actuó "con afán de seguir ejerciendo su control y dominación" sobre la víctima.
Añade la fiscal que quería ejercer ese control porque "no aceptaba la ruptura de la relación" y tampoco que su antigua pareja "estuviera con otro hombre que no fuera él".
Estas circunstancias que la fiscal cree que quedaron acreditadas en el juicio la llevaron a mantener las penas por los delitos de maltrato contra la mujer (8 meses de prisión) y amenazas leves sobre la mujer (otros 8 meses), pero a elevar la condena por agresión sexual. En su escrito inicial pedía 8 años de prisión y este jueves lo elevó a diez porque considera que concurren dos circunstancias agravantes de la responsabilidad penal, parentesco y discriminación por razón de género.
Al mismo tiempo, la fiscal también cree que en los tres delitos debe aplicarse la atenuante de reparación del daño, pues previamente a la celebración del juicio el abogado del acusado depositó en la cuenta del juzgado 5.000 euros para indemnizar a su ex pareja por el daño que le causó.
El abogado de la acusación particular, que ejerce la supuesta víctima, coincide con el fiscal en pedir que se apliquen las circunstancias agravantes, pero discrepa de la atenuante.
Por su parte, el abogado defensor mantiene su inocencia y también insiste en que el acusado tiene "capacidad intelectual límite" que le provoca dificultades para la reflexión sobre sus actos y le lleva a actuar "de forma impulsiva". Tiene, además, un "trastorno de personalidad con rasgos paranoides" y desde septiembre de 2018 se encuentra a tratamiento psiquiátrico.
El fiscal mantiene que los malos tratos habrían comenzado a los siete meses de iniciar la relación y, en concreto, relata un episodio que ocurrió en una calle de Pontevedra en septiembre de 2018. La pareja iba en un coche, camino de su casa, cuando en plena discusión el acusado empezó a insultarla y, tras detener el vehículo, le pegó dos bofetones en la cara.
Además, amenazó a la mujer asegurando que iba a prender fuego a la casa con gasolina con ella y sus hijos dentro, "causando en ella un gran temor y desasosiego". Ya rota la relación, en mayo de 2019, la víctima denunció que su expareja la siguió hasta su domicilio y, tras negarse a dejarle entrar, el acusado rompió el cristal de la puerta, accedió a la vivienda y, a pesar de su resistencia, acabó violándola en el dormitorio.
El acusado está en libertad, pero obligado a llevar un dispositivo de seguimiento telemático para comprobar que no se acerque a menos de 500 metros de la víctima. Si la Audiencia acepta la petición de la Fiscalía, además de ingresar en prisión, al salir estaría ocho años de libertad vigilada y un año y medio de orden de alejamiento.