Quen é o novo castañeiro da Ferrería?
Por Anxo Lourido
Ten 39 anos. O seu nome é Toño e leva case a metade da súa vida vendendo castañas. "Fuimos nosotros los que inauguramos esta tradición en Pontevedra, fue el señor Valentín que en paz esté". Toño fala de Valentín Pazos Recamán con respeto e admiración. El ensinoulle todo o que sabe sobre a arte de elaborar as mellores castañas asadas. Para Toño é un orgullo ocupar agora o espazo que durante seis décadas foi estación de parada da tradicional locomotora do castañeiro falecido en maio deste ano. "Yo soy amigo íntimo y el empleado de uno de sus hijos", afirma o novo maquinista. Outro dos fillos de Valentín, Paco, tamén ten un posto de venda na Fonte dos nenos. "Me está haciendo la competencia. Pero es sana. No hay rivalidad. Nos llevamos bien" comenta Toño cun sorriso. "Lo malo de este trabajo es que son muchas horas, de diez de la mañana a diez de la noche. Los viernes y sábados incluso nos quedamos hasta las once si no llueve. Lo bueno es que son tres meses, nada más. Yo trabajo a sueldo fijo. A mi me compensa. No es que me pueda comprar un chalet ni una limusina pero me da para vivir. Y lo mejor son los clientes".
¿Usted sabe lo que es el marrón glacé, señora?, dille Toño a unha clienta
- ¿Tienes castañas?
Unha muller de mediana idade irrompe na conversación e achégase á locomotora.
- Tengo, señora, ahora le pongo... ¿Cuántas desea?
- ¿ A cuánto salen?
- El paquetito normal es a 2 euros. Entran unas 18 o 20. Puede llevarlo más grande o más pequeño
- Dame dos de esos, normales.
- Hoy la lleva estupenda, acaba de salir, cuidado que queman... ¿Usted sabe lo que es el marrón glacé, señora?
- No, no sé.
- Es un regalo de Navidad. Son como bombones bañados en chocolate, en caramelo. Muy rico. Se vende en Francia y se importa para España y no es más que una castaña bañada en caramelo. Eso es lo que nosotros vendemos aquí en "la Herrería": elegancia, clase y distinción.
Impresionada pola información e o poder de convicción do castañeiro, a compradora recolle os seus dous cornetes mentres Toño se despide de xeito amable. "Esta castaña la traemos de la Ribeira Sacra de Ourense, de Parada de Sil. Sana, buena, grande." O vendedor presume do seu produto e do método que emprega para asalas: "no siendo nosotros aquí o Paco en el Gónviz, los demás lo hacen con bombona de butano. Eso tiene inconvenientes. Puede haber una fuga y volar la máquina y todo lo que tienen alrededor y, además, una vez asada queda ese olor a gas. No sabe igual. Nosotros lo hacemos con carbón vegetal, con carbón de madera y así la castaña tiene un sabor a madera, natural." E incluso asegura que si alguna castaña sale mala "nosotros somos amables y se la cambiamos al cliente".
A crise tamén lle afecta
Malia todo, o oficio de castañeiro tampouco puido fuxir da crise.
- Ya no se vende como años atrás. Se nota cuando es principio y cuando es final de mes.
Toño ven observando que os clientes xa non se achegan con tanta frecuencia a súa máquina. "Pedir piden la misma cantidad lo que pasa es que vienen con menos frecuencia. Si antes venían todos los días, ahora solo vienen una vez cada tres días. Hay clientes que ahora solo compran los fines de semana". E a pesar da mala situación, decidiron non subir o prezo do cornete de castañas, "Rajoy ha subido el IVA para todos pero nosotros seguimos cobrando lo mismo al cliente".
Toño asegura que o presidente do Gobierno pasou algunha vez polo posto pero o que é un consumidor habitual é o Alcalde: "Lores se compra un paquetito o lo compra su mujer. Viene los fines de semana, a media mañana, y se lleva las castañas para tomarse unos vinitos, para acompañarlas con un Rioja o con un vinito de Barrantes".
E así, falando cos clientes e vendendo cucuruchos cheos de elegancia natural, agarda ir pasando o inverno Toño, o home que quere ser coñecido como o novo castañeiro de "La Herrería".