La hora de la generación del noventa
Por Manu Otero & Cristina Saiz
Creada y actualizada
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Los han tachado de irresponsables, los han cargado con la culpa del colapso de los hospitales y han sufrido el robo de año y medio de la mejor etapa de sus vidas. Se han quedado sin graduaciones, han pasado su año de Erasmus confinados y la generación de la era de la comunicación ha tenido que tirar de redes sociales para no quedarse aislada. Pero ha llegado su hora. El Sergas comienza esta semana el turno de vacunación de los nacidos a partir de 1990 y los jóvenes aguardan impacientes el sms de la convocatoria.
El certificado de vacunación no solo es el pasaporte hacia la inmunidad, es también un pase VIP para las discotecas, bares y restaurantes; un salvoconducto para moverse por Europa y un chute de tranquilidad para poder visitar a sus abuelos sin miedo ni sentimiento de culpa.
"Es una buena noticia. Yo creo que todos iremos a vacunarnos porque estamos concienciados. Llevamos ya año y pico con esto y ya hemos esperado bastante. Casi toda mi familia está vacunada, solo quedamos los nietos y da mucha confianza ver que en breve todos podremos empezar a hacer cosas con menos miedo. Todos mis amigos irán en breve y tengo conocidos en otros sitios que ya han sido citados o vacunados. Ojalá podamos volver a salir y a vivir como siempre, recuperando poco a poco la normalidad", sostiene Cristian Naranjo, que aguarda su turno para la próxima semana.
Son muchos a los que no le llega la hora para recibir la llamada del Sergas. "Estoy deseando que me vacunen. Es ya año y medio esperando a que la normalidad vuelva y espero que a todos los nacidos en los noventa nos vacunen antes de que acabe el verano porque hemos quedado al final de la cola y somos un grupo con riesgo de contagio igualmente", apunta Alexandra Ferreño, a la que todavía no han citado para recibir el pinchazo.
De la demora en vacunar a este grupo de edad se queja también Cristina García al señalar que "nuestro grupo de edad ha sido el más olvidado porque al llegar a nuestro turno, de 29 a 20 años, pasaron por encima otros grupos como gente que se iba de Erasmus o gente de 16 a 19 años que ya pueden solicitar la autocita. Es muy necesario que nos vacunen porque los brotes de ahora vienen dados por nuestro grupo de edad por la falta de vacunas", remarca
La predisposición a recibir el tratamiento contra la covid-19 es una constante entre todos los nacidos en los noventa. No solo por la inmunidad, también para poder recuperar parte de la vida social perdida con el estallido de la pandemia. "Que me vacunen cuanto antes y me den el certificado porque nos sentimos un poco discriminados. Somos los que hacemos ocio y consumimos en la hostelería, pero somos los únicos que no estamos vacunados y que te pidan una PCR es un follón, lo considero un poco discriminatorio", se queja Pablo Seoane sobre las últimas restricciones impuestas por la Xunta en este sector para frenar el avance de la quinta ola.
En términos similares se pronuncia Susana González quien considera que "es muy necesario vacunar a este segmento de la población porque es muy activa en la calle, se mueve mucho, sale de fiesta, se juntan con más jóvenes, viaja y al final el riesgo de contagiarse está ahí", remata.
Añade Jorge Pardo "que no podemos negar que somos una franja de edad con bastante contacto con el ocio diurno y nocturno, que es donde más puede incidir el problema de los contagios. Por ello, todo lo que ayude a que las cosas mejoren es bien recibido. Además la vacuna la van pidiendo cada vez más como requisito en un montón de sitios y tenemos que ver como una ventaja estar vacunado", puntualiza.
Las dudas sobre la intención de estos jóvenes para vacunarse están quedando disipadas en estos primeros días de vacunación en los que la asistencia está siendo masiva. "Siempre me hizo gracia el discurso que hubo cuando se anunció el sistema de autocita para los más jovenes. Estaban contentos de que los jóvenes queríamos vacunarnos y yo creo que en ningún momento se dijo que no queríamos. Simplemente esperamos pacientemente nuestro turno y entendimos que había que priorizar a otras franjas de edad", razona Carlota Nierga.
Más crítico es Javier Lago, quien entiende que los veinteañeros sean de los últimos en recibir la dosis, pero considera "contradictorio intentar volver a una normalidad sin que tanta gente haya podido tener acceso a la vacuna". Al margen de ello, completar la vacunación de los nacidos en los noventa "será como un soplo de aire fresco y un chute de esperanza", concluye Lago.
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