El alumnado del Froebel recupera los recreos en la calle
Por Manu Otero & Mónica Patxot
Fue una medida adoptada el curso pasado para aseguar un patio de recreo seguro para el alumnado de las Doroteas y del Froebel en plena pandemia de la covid-19. Ahora que la presión hospitalaria está en su mínimo histórico y que las restricciones comienzan a desaparecer, la calle Alfonso XIII vuelve a cerrarse al tráfico durante 45 minutos cada mañana para disfrute de la comunidad escolar.
Sin embargo, la dirección de las Doroteas ya ha comunicado que no harán uso de la calle y a los escolares del Froebel solo le autorizan a hacer uso del tramo correspondiente a la fachada del centro. Aun así, el Concello ha ordenado cortar al tráfico toda la calle, incluida las dos salidas de los dos garajes comunitarios, a pesar de que su circulación no intefiere en el recreo de los menores.
"Es una medida ilógica y desproporcionada", asegura una vecina de la calle que no entiende por qué se les impide sacar el coche de sus garajes cuando solo un pequeño tramo de la vía se emplea como patio de recreo. "Entiendo que debería cortarse la zona que necesitan y compatibilizar los usos de los garajes, que están en el tramo de calle que no se está empleando. Nos vemos perjudicados porque no es incompatible con lo que solicita el centro, que nos parece muy razonable", argumenta una de las afectados, quien anuncia que la comunidad de vecinos presentarán un escrito en señal de protesta ante el Concello.
En esta primera jornada de cierre, la Policía Local estacionó uno de sus vehículos en la entrada de la calle, a la altura del cruce con Echegaray, e impidió que dos turismos pudiesen salir de sus garajes en dirección al puente de la Barca. Un tramo de apenas 50 metros muy alejado de la zona de recreo del Froebel, situado al inicio de la calle, en la zona de la plaza de Concepción Arenal.
"Esto es un incordio para todos los vecinos, porque no ha bajado nadie a la calle. El Froebel está en la otra esquina, no tiene sentido. Es una norma que hay que cumplir, pero es una barbaridad", protesta uno de los conductores afectados.
No solo los residentes se ven perjudicados por esta decisión, también los usuarios de los negocios de la zona. "Es un trastorno para todos, me parece fatal. Vengo a dejar al niño a terapia varias veces a la semana y hay muchos niños que vienen a este centro que tienen problemas de movilidad", se queja la madre de un menor usuario de un centro de terapia ubicado en esta calle.
"El resto del día pasan coches y no hay nadie controlando si cumplen la señal que tienen o no. Yo saqué el coche porque sé que no hay niños, me dicen que no puedo pasar, pues dejo el coche y me voy a tomar un café que estoy jubilado y no tengo nada que hacer. Pero qué pasa si en alguna de estas casas hay una urgencia y hay que llevar a alguien al hospital?", se plantea otro de los conductores interceptado por los agentes.
La comparación con otra calle que corrió una suerte similar es inevitable en Alfonso XIII. "Están empregando o tema dos rapaces para cortar a rúa definitivamente. Igual que fixeron en Reina Victoria", sostiene un empresario del lugar. Otros van más allá y auguran un batacazo del BNG en las próximas elecciones por esta decisión. "Esto les va a a afectar en las próximas elecciones municipales, mucha gente los dejará de votar. Lo de Reina Victoria es otra salvajada. Que se atenga a las consecuencias el alcalde en el tema electoral", advierte otro de los conductores que no pudo sacar su coche del garaje.
Mientras tanto, en el colegio huyen de la polémica vecinal y se centran en los beneficios de este corte para los estudiantes de Primaria. "Non é un recreo improvisado, levamos moito tempo agardando a que se producira", puntualiza el director del centro, Pedro Mariño.
"É o que necesitaban os nenos porque este cole non ten espacio exterior para disfrutar do recreo. Temos tres quendas de recreo e os nenos queren un espazo no que poidan correr sen limitacións e usamos o espazo que nos establece a delegación territorial", zanjó el docente.