Un proyecto en el que participa la facultad de Forestales busca cómo dar más valor a las masas arbóreas sin valor comercial
Por Redacción
El grupo de innovación Biofore Plus, del que forman parte diferentes actores de la cadena de valor forestal, agrícola y ganadera, entre ellos la Escuela de Ingeniería Forestal, celebró este miércoles en el centro del campus de Pontevedra la reunión de cierre de un proyecto dirigido a explorar diferentes vías para dotar de un mayor valor la biomasa residual procedente de masas arbóreas sin valor comercial.
Dentro de este proyecto, según informó el DUVI de la Universidad de Vigo, los investigadores de la escuela constataron la posibilidad de generar biochar -carbón vegetal- a partir de estos restos, un producto que podría destinarse, por ejemplo, para la reducción de las emisiones de amoniaco en los depósitos de purines de las explotaciones ganaderas.
El proyecto está coordinado por la empresa Foresin y buscaba probar la eficacia de un cabezal acumulador de biomasa Nisula 285 y+ sobre maquinaria habitualmente empleada en los montes gallegos y valorizar el producto obtenido en ámbitos como el energético. En esta tarea se centró el trabajo del Laboratorio de Energías Generadas por la Madera de la EE Forestal.
La reunión de este miércoles contó con la presencia de la coordinadora del proyecto, Érika Martínez; los investigadores de la escuela Luis Ortiz y Óscar González Prieto; Juan Castro, investigador del CIAM, y Eduardo Tolosana, profesor de la Politécnica de Madrid y coordinador de los trabajos de campo; y el director, Juan Picos, y la subdirectora de la EE Forestal, Ángeles Cancela.
El proyecto daba continuidad al grupo de innovación Biofore y abarcó en primer término unos trabajos de campo llevados a cabo en una masa de Pinus pinaster en Guitiriz, que presentaba un crecimiento muy reducido; otra de Eucalyptus globulus en Ribeira, afectada por un incendio, y una tercera, en el ayuntamiento de Leiro, invadida por la Acacia dealbata.
La escuela pontevedresa hizo un estudio de "caracterización energética" de estos tres tipos de biomasa, así como su comparación con los "parámetros físicos, químicos y energéticos" de otra serie de muestras previamente analizadas de restos de talas forestales. En este punto, el informe final de estos trabajos recoge que, en los tres casos, las pacas generadas con esta maquinaria "tienen mejor calidad en todos los sentidos que las que se están empleando actualmente en instalaciones industriales operativas en la comunidad".
El informe concluye que todos los productos estudiados tienen características perfectamente compatibles con el uso energético.
En la EE Forestal comprobaron también que es posible generar carbón vegetal y biochar con los tres tipos de biomasa analizados. Para la realización de estas pruebas, se construyó un "horno pirolítico de diseño propio", basado en un sistema de doble reja previamente patentado por Ortiz y desarrollado con el objetivo de "emplear sistemas y materiales comunes y condiciones fácilmente reproducibles".
Má allá de sus posibles aplicaciones "con fines energéticos o agrícolas", los resultados de los trabajos hacen posible valorar la utilización de este biochar "para la fabricación incluso de carbón activo, lo que aumentaría de forma significativa el uso de este tipo de biomasa residual como materia prima para fabricar materiales tecnológicos, filtros, depuración, fertilización, etc".