Para José Maquieira Cores la pesca recreativa, o pesca deportiva, es su trabajo y su afición. Creció en uno de los negocios con solera de Pontevedra y lo llevaron a pescar por primera vez con tan temprana edad, que le cuesta fijar exactamente la memoria.
Su último viaje para practicar la pesca del salmón salvaje lo ha llevado el pasado septiembre hasta Islandia y nos cuenta en el 'Cara a cara' cómo es la idiosincracia del país nórdico para esta actividad, o las duras condiciones meteorológicas y climáticas que les acompañaron pero que suelen resultar llevaderas si lo que se pretende es hacer algo que apasiona.
José Maquiera lleva viajando más de dos décadas y ha realizado todas las pescas posibles y de todas ellas afirma que se queda con la del salmón. "Es un pez muy noble, muy combativo, es difícil de engañar, no es fácil de pescar y todo esto son alicientes para que te motive más", apunta y aclara además una errada creencia sobre esta especie, muy extendida entre quienes son ajenos al sedal.
Nos relata anécdotas que ha vivido pescando, alguna con fuerte carga emotiva. Desde su perspectiva profesional y de aficionado asevera que Pontevedra es una ciudad con afición a esta práctica: "se ha vivido unos años de espaldas a la ría, pero ahora, recuperada, hay muchas personas que pescan incluso en plena ciudad. Además el Lérez es una joya que tenemos, aunque en el caso de la pesca del salmón lleva dos años cerrado porque se está tratando de recuperar la especie". Y es que además de otros condicionantes, la situación es tan crítica que si la temperatura de sus aguas suben por encima de un grado y medio, ya no sería habitable para el salmón.
Le preguntamos en este podcast de PontevedraViva Radio por un par de normativas que han suscitado el malestar entre estos aficionados. De una parte el Real Decreto de Pesca Marítima de Recreo en Aguas Exteriores de repercusión en todo el Estado y de otra parte, la resolución de la Xunta aprobada en julio sobre la pesca recreativa en los puertos.