Una hostelera de Tenorio denuncia una persecución de un antiguo cliente: "Si eso no es acoso, que venga Dios y lo vea"
Por Natalia Puga
Sandra F.G. se siente perseguida y acosada. Regenta un bar en Tenorio, en el Concello de Cerdedo-Cotobade, y esta semana PontevedraViva ha publicado una sentencia que la condena, junto a su pareja, por un enfrentamiento con dos clientes de su local. Ahora, ella quiere contar la otra versión de ese fallo judicial, la persecución que asegura que está sufriendo por parte de un hombre que, en esa causa, aparece como víctima, pero que ella insiste en que desencadenó el incidente y desde entonces no para de acosarla.
Todo comenzó en octubre de 2019. Según la versión que aporta a este periódico esta hostelera, un joven de Cerdedo-Cotobade se dedicaba a hacer derrapes con su BMW delante de su local y tenían un enfrentamiento por esa cuestión, pues la clientela se quejaba a ella y ella le reprochaba su actitud.
El día 19 de ese mes, ambos tuvieron un enfrentamiento verbal y, según consideraron probado dos sentencias, la pareja de ella medió y propinó un cabezazo en la cabeza al otro hombre. Durante el mismo enfrentamiento, la hostelera también dio una bofetada a otra chica, pareja del cliente con el que había tenido la desavenencia inicial.
Tras ese incidente, tanto el cliente como ella denunciaron, y ambos figuraban como acusados, junto a la pareja de ella, pero el fallo judicial le dio la razón a él. Sandra insiste en que hay parte de lo ocurrido que no se juzgó y es lo ocurrido justo antes, cuando, tal y como ya argumentó en el recurso contra su condena ante la Audiencia Provincial, el otro hombre le levantó la mano y ella estaba embarazada. Sin embargo, la Audiencia desestimó su recurso.
Tras esa sentencia, en la que su novio fue condenado a una multa de 315 euros y ella a otra de 210, las relaciones han ido a peor y ella ya acudió otras tras tres veces a la Guardia Civil para denunciar los comportamientos del joven en cuestión. Van, en total, cuatro denuncias -la primera, la del caso ya juzgado- y ella se siente víctima de una persecución que le ha desencadenado un trastorno de ansiedad fóbica.
"Si eso no es acoso, que venga Dios y lo vea", señala a este periódico, y asegura que su experiencia la lleva a afirmar que "la Justicia claramente no existe". Según indica, el joven ya era "un chico muy problemático" antes de esa primera denuncia, pero ahora, además, "ya que no le han hecho nada, se lo toma a cachondeo".
La segunda denuncia ante la Guardia Civil se refiere a unos hechos del 24 de junio de 2020 en el exterior del bar de Sandra, que estaba cerrado en esos momentos. Ella estaba en el jardín de una casa próxima cuando escuchó ruidos y vio a un grupo de jóvenes en una zona próxima. Uno de ellos, el citado cliente de la denuncia en el juzgado, le dijo, según consta en la denuncia, "esta noche no vais a dormir , os voy a destrozar el bar".
La tercera denuncia fue por por un incidente el 28 de junio de 2020, en el que esta mujer asegura que se despertó a las tres de la madrugada porque sintió ruidos en su propiedad, se asomó y vio a este antiguo cliente. En cuanto se dio cuenta de que le habían descubierto, según consta en la denuncia, se marchó corriendo. Un coche encendido con una segunda persona a la que no pudo ver le esperaba fuera y se marcharon.
Esta denuncia llegó al juzgado, pero acabó archivada. En su denuncia, la hostelero añadió que bajó al exterior y vio que no había daños ni le faltaba nada, pero que sí que la lavadora estaba abierta y toda la ropa estaba tirada. Para acceder, el hombre saltó un muro, no causó daños ni forzó nada.
La cuarta y, hasta ahora, última denuncia es el 26 de junio de 2021 por unos hechos del día anterior. Ella regresaba a su domicilio andando con su hijo de 11 meses en una silla. Cuando ella pasó por delante, le dijo, dirigiéndose al niño, "es tan gordo y tan feo como la madre".
Según consta en la denuncia, todos los presentes se rieron y ella les pidió que no le faltasen al respeto al menor y les indicó que llamaría a la Guardia Civil, a lo que un amigo del joven en cuestión le respondió: "cállate, puta, y denuncia que es lo tuyo" y la siguió insistiendo "culo gordo".
En esa denuncia, la hostelería hizo constar que llevaba un año entero "con problemas" con esas personas y que se sentía "acosada" por ellos de forma permanente, dado que para llegar a su casa tiene que pasar por delante de un bar que frecuenta el citado ex cliente y sus amigos. Además, suele conducir "de forma temeraria" delante de su casa y ella "tiene miedo de que un día le pase algo a ella o a su hijo".