Un café con gotas... de solidaridad
Por Natalia Puga & Mónica Patxot
La idea es sencilla: el cliente de un bar paga su café que no ha consumido para que pueda tomarlo más tarde otra persona sin recursos. Un gesto solidario y generoso low cost y al alcance de casi todos los bolsillos. Es la iniciativa Cafés Pendientes y ya está a disposición de todos los pontevedreses a través de, al menos, dos establecimientos: la cafetería 'Quiosco' de la plaza de la Libertad y la pastelería Antoxo de la calle A Estrada.
Para la persona que deja el café pendiente no supone nada más que un gesto, "de paso que pagas el tuyo, dejas otro y no sueles notarlo en el bolsillo", pero para su consumidor final puede ser la diferencia entre tomar una consumición caliente ese día o no. Los clientes del 'Quiosco' se han dado cuenta de la importancia en seguida y, según uno de sus responsables, ÿscar Iván Guitiérrez, "es rara la semana en la que no te dejan varios cafés pendientes".
ÿl o cualquiera de sus compañeros lo cobra e inmediatamente pasa a registrarlo en una pizarra situada detrás de la barra. Bajo la inscripción 'Cafés Pendientes' se van anotando barras con cada uno de los que los clientes dejan pagados y, en cuanto lo consume alguien, se tacha.
Esta cafetería de la plaza de la Libertad fue la primera en Pontevedra en dar el paso, hace ya varios meses, y ha tenido tan buena acogida por parte de sus clientes que es habitual que haya anotados en la pizarra más de una decena de cafés pendientes a la espera de que los reclame personas con escasos recursos.
Esta idea, surgida en Nápoles (Italia) en el año 2008 y en marcha en España desde hace más de un año, está basada en la confianza, pues la persona que paga el café no conoce habitualmente a quién se va a beneficiar de su gesto solidario: pagas el café y te fías de que la persona que lo consumirá realmente acude a esta iniciativa porque no tiene los recursos suficientes para una consumición que para la mayor parte de los pontevedreses no supone ningún daño a la economía familiar.
Entre los clientes del 'Quiosco' hay también quien ha decidido darle otra variante: dejar el café pagado y enviar más tarde a una persona con dificultades económicas a la que encuentra en la calle. "No es raro que venga un aparcacoches de los que está por la zona y te diga: ponme un café pendiente, que me dijo un conductor que lo dejó aquí pagado", explica ÿscar Iván Gutiérrez. "Alguno vino diciendo si no era posible tomar otra cosa pendiente, un bocadillo o así, pero de momento, no". Con el tiempo se verá como responden los clientes.
Este gesto, el original 'Caffe Sospeso' italiano, se ha dado a conocer a través de las redes sociales, pero en el caso de esta cafetería pontevedresa funciona mucho al boca a boca. "Hay muchos que vienen por primera vez, ven la pizarra, te preguntan y lo pagan, pero, sobre todo hay clientes habituales", relatan.
De hecho, fue una clienta habitual la que les dio la idea de sumarse a una iniciativa que se ha extendido por cientos de restaurantes en toda España y que, en aquel momento, no había en ninguno de Pontevedra. "Es una chica que vino de Madrid, profesora de una academia de aquí al lado, nos contó de qué iba y ya nos sumamos". Fue también su primera 'benefactora' y ahora una habitual.
Tanto él como Miguel Hipólito Rieras recuerdan perfectamente a esta primera clienta, Vicki, pero también a otros que, con su gesto, han permitido que la iniciativa haya tenido tan buena acogida. La segunda en decirles 'cóbrame un café pendiente' fue una chica australiana que llegó de vacaciones y ahora se ha instalado en Pontevedra. Gracias a ellas, suele ser habitual que lleguen demandantes de estos cafés ya pagados. "Suelen venir por las noches", toman el café, se resguardan un rato del frío y se van. Con la llegada del mal tiempo, aumentan los que necesitan de esta cadena de consumiciones solidarias.