Camino de los tres años desde su apertura, el gastromercado de la plaza de abastos de Pontevedra no atraviesa su mejor momento. La pandemia, que interrumpió su actividad durante meses, y el cierre de algunas de sus propuestas gastronómicas no se lo han puesto fácil.
Pero en el gobierno municipal parecen estar decididos a revitalizar este proyecto, conscientes de su potencial y del atractivo que supone para toda la actividad del mercado.
Así, a falta de los informes técnicos que lo avalen, el departamento de Promoción Económica prevé sacar a concurso todos los puestos vacantes antes de que finalice este año.
"Urge revitalizar el gastromercado y para ello tenemos que meter gente nueva", afirma la edil socialista Yoya Blanco, que avanza que el procedimiento administrativo está "muy avanzado".
La intención es que los puestos que están libres sean ocupados por propuestas gastronómicas que complementen a las ya existentes, enriqueciendo así la oferta global de este espacio.
A este respecto, el Concello confía en que este nuevo concurso para adjudicar los puestos sea un éxito, ante el creciente interés que han detectado en los últimos meses por este proceso.
A las nuevas iniciativas se sumará, si todo va según lo planeado, el CIFP Carlos Oroza, para el que reservó desde el principio uno de los puestos de este espacio gastronómico.
La escuela de hostelería, explica Blanco, "siempre dice que sí a todo lo que le proponemos" y, en este caso, "están en el proceso de ver lo que necesitan" para asumir esta responsabilidad.
Los jóvenes aprendices de la escuela pontevedresa, supervisados por sus profesores, tendrán la oportunidad de realizar prácticas en un entorno real, ofreciendo a los clientes sus propuestas.
En estos momentos, además de Olmos Gastrobar y Bar Plaza, las dos cafeterías permanentes de la primera planta del mercado de abastos, permanecen abiertos siete puestos del gastromercado.
Son A Batea (mejillones), A Fervella (cocina tradicional), La Merluzoteca (merluza), Umami Poké (pokés y ensaladas), Na Pola (hamburguesas y elaborados de pollo) y, en cuanto a bebidas, Nasa (cervezas artesanas) y A Viñoteca (vinos).
Por el camino se quedaron A Polbería (pulpo), Piada Romagnola (piadas y zumos), Sete de Abastos (ahumados y conservas) y Filamento (vermuts y cócteles), por lo que las vacantes, sumados los locales que no se llenaron en su día, son cerca de una docena.