Recuerdo de la lucha exitosa emprendida hace 25 años contra la construcción de la empacadora
Por Anxo Lourido
"Hoxe non a terían permitido", afirma Xosé Feijoo al recordar la lucha vecinal emprendida hace 25 años contra la decisión política de instalar una empacadora de residuos en Vilaboa con un impacto en las parroquias de Bértola y Figueirido. Feijoo recuerda que fue intensa y que el pueblo se levantó para defender intereses comunes.
La importancia de conservar la memoria fue la base del análisis del encuentro convocado este sábado por Feijoo y que se celebró, debido a la lluvia, en el Centro Social de Figueirido. La defensa del espacio público como parte del pueblo centró las exposiciones de los ponentes: Gonzalo Sancho, presidente de la asociación Vaipolorío; Paz Castro, que luchó en su momento para evitar la creación de un polígono industrial en el Monte Pituco; y Calros Solla, del colectivo Capitán Gosende, un defensor del patrimonio cultural, arqueológico y también histórico en Cerdedo-Cotobade y su entorno.
Todos ellos destacaron la importancia de la fuerza de la población ante decisiones injustas que se adoptan a través de bandos y decretos-leyes. En el año 1997, los residentes en Vilaboa se enfrentaron al gobierno local y a la Xunta de Galicia, ambos gobernados por el Partido Popular, contra el proyecto que contemplaba la recepción de la basura de trece municipios, entre ellos Pontevedra y Vigo.
Las parroquias se convirtieron en un hervidero de tensión continua con presencia activa de la Guardia Civil ante la presión vecinal con persecuciones a los representantes políticos, mucho antes de que se conociera el término "escrache". En la memoria quedan también las imágenes de vecinos "crucificados" sobre mástiles al borde de la carretera entre pancartas rechazando la empacadora.
Feijoo recuerda también la caja de resistencia a la que se sumaron de manera solidaria todos los vecinos con el objetivo de hacer frente a las numerosas sanciones económicas impuestas por las acciones contra los dirigentes.
Con el paso del tiempo, la población logró que el gobierno de la Xunta desistiera de acometer el proyecto, una victoria que no quieren que olviden las generaciones de jóvenes porque, como señaló Calros Solla durante su intervención, "un pobo afectado pola desmemoria é vulnerable fronte aos especuladores" y "hai máis posibilidades de que o sigan machacando", sentencia Xosé Feijoo.