El macrolaboratorio de procesado de droga desmantelado en las últimas semanas en Cerdedo-Cotobade era, tal y como se había adelantado, el mayor laboratorio clandestino en Europa de procesamiento de pasta base de cocaína. Este jueves lo ha confirmado la Policía Nacional, que ha aportado detalles de la operación policial y ha revelado que las instalaciones tenían capacidad para producir 200 kilos diarios-
El laboratorio permanecía a pleno rendimiento las 24 horas del día. Había, según ha asegurado la Policía Nacional, "cocineros" distribuidos en diferentes turnos y se encargaban de transformar la pasta base en clorhidrato de cocaína listo para el consumo.
Contaba con avanzados sistemas de extracción de aire y sofisticados equipamientos de refrigeración y calentamiento de sustancias. Todo ello perfectamente compartimentado en varias zonas para poder llevar a cabo el procesado, separación, secado y empaquetado de la cocaína.
Este jueves, la Policía Nacional, con Antonio Duarte, jefe de la Brigada Central de Estupefacientes al frente, informó de la operación, que desarrolló en colaboración con la Policia Judiciária de Portugal y la Dirección Antinarcóticos (DIRAN) de Colombia.
La operación permitió desarticular a toda la organización criminal responsable del laboratorio, que tenía un alto nivel de sofisticación.
La organización empleaba fuertes medidas de seguridad para eludir a las Fuerzas de Seguridad. Así, utilizaban apodos, vehículos lanzadera, disfraces de transportistas y comunicaciones con un estricto protocolo de seguridad. En estas comunicaciones cobraban especial relevancia "los señores", que eran los jefes del laboratorio y los encargados de dar instrucciones y órdenes, desde sus lugares de origen, a sus subalternos en España.
Eran precisamente estas personas las que habrían desembolsado una cantidad aproximada de dos millones de euros para establecer el laboratorio clandestino.
La Fiscalía Especial Antidroga de la Audiencia Nacional incoó por estos hechos diligencias de Investigación y presentó una querella.
Como resultado de esta operación, resultaron detenidas 18 personas, de las que 11 fueron en Galicia, todas ellas en la provincia de Pontevedra. También hubo arrestos en País Vasco (1), Madrid (4) y Las Palmas de Gran Canaria (2) y el Juzgado Central de Instrucción número 2 de la Audiencia Nacional decidió el ingreso en prisión de todos ellos.
Además, como resultado de los 14 registros realizados, los agentes han intervenido 1.300 kilos de pasta base de cocaína, la mayor incautación hasta la fecha fuera de las zonas de producción.
También intervinieron 151 kilos de clorhidrato de cocaína y más de 23.000 litros de precursores y otras sustancias químicas.
Esta operación ha permitido constatar una nueva tendencia en el tráfico de cocaína, en la que la sustancia estupefaciente es exportada sin haber sido sometida al proceso químico, que se lleva a cabo en laboratorios clandestinos instalados en el país de destino. Esto atiende al intento de las organizaciones criminales de disminuir las pérdidas ante posibles incautaciones policiales.
Además de impedir con este operativo que una gran cantidad de droga llegue al mercado, se ha evitado una contaminación ambiental con efectos devastadores, ya que las más de 27 toneladas de productos químicos líquidos y sólidos, una vez utilizadas, habrían sido vertidas a las aguas de un rio cercano.
La investigación se inició en octubre de 2022 cuando los agentes tuvieron conocimiento de la existencia de una organización criminal asentada en las Palmas de Gran Canaria. Las primeras pesquisas constataron que contaba con una potente infraestructura que les permitía introducir grandes cantidades de droga en nuestro país.
Además, algunos de sus miembros ya habían sido objeto de investigaciones policiales anteriores, quedando acreditado el alto nivel de vida que mantenían así como los vínculos con ciudadanos colombianos que ejercían de suministradores.
Los miembros de la organización criminal contaban con un alto grado de sofisticación y un claro reparto de funciones. Los colombianos suministraban los medios humanos en forma de "cocineros" o químicos del laboratorio. Los mexicanos aportaban los conocimientos técnicos para la correcta extracción de la coca base, que era transportada oculta en máquinas trituradoras de piedra de grandes dimensiones (concretamente en dos cilindros metálicos que forman parte de sus componentes). Además, también eran los encargados de supervisar que la coca base procedente de Colombia fuera convenientemente procesada.
Los españoles se ocupaban del grueso de la operación; es decir, de la gestión del transporte de la sustancia desde el país de origen (Colombia) hasta su recepción en Pontevedra para su correspondiente tratamiento en el laboratorio, de cuya instalación también se encargaban, y la posterior distribución del producto final por todo el territorio nacional.
El entramado recurría a varias empresas logísticas para transportar los productos químicos simulando tener una actividad legal. De estas gestiones se ocupaba un empresario del País Vasco quien, gracias a sus contactos, servía de "conseguidor" en la península a los investigados canarios. Uno de estos transportes permitió a los agentes localizar una nave industrial, en una localidad de Pontevedra, utilizada en un primer momento como centro logístico para abastecer el laboratorio y, posteriormente, para "enfriar" los materiales antes de trasladarlos al mismo.