"Desde la Fundación Bóveda nos gustaría que la presencia vuestra en ningún momento respondiera a la oportunidad de quedar bien y luego, venga, hasta el año que viene". Son palabras de David Otero, vicepresidente de la Fundación Alexandre Bóveda, durante la conmemoración del Día da Galiza Mártir en Poio. No van dirigidas a nadie en particular, pero el destinatario del mensaje resulta evidente: el conselleiro de Cultura y Educación de la Xunta de Galicia, Román Rodríguez, y la amplia representación del PP presente en el acto.
El acto que cada en el se organiza el 17 de agosto ante el monumento a Alexandre Bóveda que recuerda el lugar en el que fue asesinado en A Caeira no había contado hasta ahora con la presencia de ningún representante de la Xunta de Galicia del PP. En los últimos años sí asistieron, como responsables del Partido Popular en sus municipios, Rafa Domínguez y Ángel Moldes, que este año acudieron por primera vez como vicepresidente de la Deputación y alcalde de Poio, respectivamente, pero nunca la presencia 'popular' había sido tanta.
El cambio de este año está vinculado al cambio del signo político del Concello de Poio, ahora del PP después de 28 años del BNG de Nito Sobral, y las asociaciones de lucha y recuperación de memoria histórica aprovecharon esta alta presencia de la Xunta, de la Deputación y del PP para pedirles que no sea solo una asistencia simbólica o en la búsqueda de una foto o de un titular, sino que se traduzca en actos y en una búsqueda de la memoria que dure los 365 días del año.
Así, David Otero señaló su deseo de que del acto salgan "pruebas irrefutables de nuestras alianzas, de nuestras complicidades con el Bovedismo, pues Bóveda no es un eslogan, ni un titular nos medios de fabulación, ni una pegatina simplemente. Su discurso no es un manifiesto más o menos encendido".
"Bóveda no es la rutina de los diecisiete de agosto. Bóveda está en las responsabilidades de cada día para que desde él, y en la memoria, tengamos en presente a nuestros y nuestras mártires", pidió David Otero, en un discurso muy aplaudido y reivindicativo en el que recordó que la Guerra Civil fue consecuencia directa y única, no asumida, de los ejecutores del Golpe de Estado contra lo gobierno estatal, constitucional, democrático y legítimo de la República en el año 1936 y "no vale decir o escribir, sin más obra, las palabras concordia, paz y libertad".
Recordó, asimismo, que la presencia en este Día da Galiza Mártir "no da indulgencias, ni disculpas, para olvidos, dudas y silencios, o falta de toma de decisión" y, como Fundación, se preguntan: "¿Serán horas de abrir las puertas de los despachos y ejercer la libre entrada para buscar verdades?", "¿serán horas de que exigir la verdad, la reparación, la inocencia y el honor de las y de los mártires no sea una anomalía?" o "¿son horas de sacar a la vida a nuestras y nuestros muertos de fosas y cunetas?".
También reivindicativa fue Amalia Bóveda, hija de Alexandre Bóveda, que recordó que "emendar los errores cuando estos alcanzan al público, requiere de presupuestos" y que Galicia precisa "galleguismo presupuestario", porque "de lo que vamos sobrados es de galleguismo de vocabulario y de homenajes de escenario".
El acto lo presentó Natalia Sabarís, concejala de Cultura de Poio, y lo cerró Ángel Moldes, que se estrenó en la tarea con su compromiso de que "Bóveda seguirá vivo en Poio" y recordando que hace ya años que se comprometió a que, independientemente de quien había gobernado, "la memoria de Bóveda seguirá viva, no solo el 17 de agosto", pues Alexandre es "patrimonio de todas y de todos" y "patrimonio de Galicia". "Bóveda es Galicia", finalizó.
Este acto central del Día da Galiza Mártir contó con la presencia de asociaciones de memoria y concejales y cargos politicos de todos los partidos políticos con representación en Pontevedra y Poio, PP, BNG y PSOE, además del alcalde capitalino, Miguel Anxo Fernández Lores; y del diputado del BNG en el Parlamento de Galicia Xosé Luís Rivas 'Mini'.
En A Caiera hubo este año una menor asistencia de ciudadanos y políticos, pero no faltaron el habitual homenaje floral en el monumento a Bóveda y un recuerdo a la figura de este político e intelectual galleguista fusilado el 17 de agosto de 1936 por los Golpistas por sus ideas.
Además, se entregó el Premio Galiza Mártir, una distinción que reconoce el trabajo en la lucha por poner en valor la memoria histórica al historiador Calros Solla Varela, en nombre del colectivo Capitán Gosende.