Vuelve a casa el Playa de Menduiña Dos, buque clave en el rescate e investigación del naufragio
Por Natalia Puga & Mónica Patxot
Creada y actualizada
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El buque Playa de Menduiña Dos ya está en casa, en Cangas, y se ha convertido en estos momentos en foco principal de la investigación para determinar lo ocurrido el pasado 15 de febrero en el naufragio del Villa de Pitanxo en aguas de Terranova. El buque atracó a las 12.15 de la mañana de este domingo en el muelle de Frigoríricos del Morrazo de Cangas y, nada más atracar, un grupo de personas que esperaban en el espigón de Massó aplaudieron, en señal de agradecimiento porque "teñen moito mérito polo que fixeron".
En el muelle esperaban las familias de la tripulación y agentes de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil de Pontevedra que se encargan de la investigación penal de lo ocurrido, así como agentes de Aduanas de los que habitualmente realizan los controles a todos los buques que llegan a puerto.
A partir de las 13.15 horas, una hora después de atracar, empezaron a bajar los marineros y pudieron reencontrarse con sus familias después de su marea más dura. Algunas de estas familias vieron la llegada del buque desde el espigón y, cuando se acercaba, rompieron a aplaudir. En otros puntos del espigón había marineros y vecinos de Cangas que siguieron con curiosidad las maniobras y señalaron que la tripulación tuvo una marea muy dura en la que se implicaronen la busca de los náufragos y luego trasladaron a bordo los tres supervivientes y varios cadáveres.
Antes, habían subido a bordo los agentes de la Guardia Civil y también de la Comisión Permanente de Investigación de Accidentes e Incidentes Marítimos ( Ciaim), que analizaron pruebas y se entrevistaron con la tripulación.
El buque trae las dos lanchas salvavidas del Villa de Pitanxo, que podrán ayudar a arrojar luz sobre cómo se produjo el hundimiento y la evacuación del buque.
El Playa de Menduiña Dos rescató una de ellas, en la que estaban los tres supervivientes y cuatro cadáveres, mientras que la otra fue localizada por el buque portugués Novo Virgem da Barca y estaba vacía, sin rastro de la tripulación del pesquero que debería haberlas usado para evitar el naufragio.
Estas lanchas serán ahora objeto de una minuciosa investigación de la Guardia Civil pontevedresa que estará guiada por el Juzgado Central de Instrucción número 2 de la Audiencia Nacional. Este órgano judicial está investigando el naufragio para determinar si habría algún tipo de responsabilidad penal tras haber recibido un atestado de la Guardia Civil pontevedresa que detectaba contradicciones entre las declaraciones de los supervivientes que apuntaban a alguna posible negligencia a bordo.
Cabe recordar que fue la declaración de Samuel Kwesi, el joven marinero ghanés que sobrevivió junto al patrón, Juan Padín, y su sobrino, Eduardo Rial, el que puso en evidencia estas contradicciones. Contradice la versión oficial dada por los otros dos supervivientes y por la armadora del buque, Pesquerías Nores, de que el buque sufrió un fallo repentino del motor durante la maniobra de virada del aparejo que dejó al buque a la deriva y a merced de las olas y acabó hundiéndose en cuestión de minutos.
El capitán sostiene que dio la orden de evacuación y toda la tripulación logró salir del barco y entra en las dos balsas salvavidas auxiliares, pero un hecho es que una de las balsas estaba vacía y faltan 12 cadáveres que no pudieron ser localizados y que sus familias sospechan que pueden seguir en el interior del buque.
La versión de Samuel Kwesi que llevó a la Guardia Civil y la Audiencia Nacional a investigar posibles responsabilidades penales sostiene que, antes del naufragio, los marineros pidieron al patrón que soltase la red, que estaba llena de pescado, y que este desoyó la petición. Según una declaración recogida por el periódico El Debate, mantiene que, de haberla soltado, el barco podría haberse salvado del naufragio y también señala que el capitán no llegó a dar la orden de abandonar el barco y usar los trajes de supervivencia, lo que contradice la declaración de los otros dos supervivientes.
Los dos marineros de O Hío, Cangas, llevaban un traje térmico que fue crucial para sobrevivir a las duras condiciones de frío, viento y grandes olas que había en Terranova el día del hundimiento, mientras que Kwesi no lo llevaba. Algunas fuentes consultadas señalan que sí llevaba la prenda específica otro de los cuerpos rescatados, pero no así los otros ocho fallecidos rescatados entre la lancha ahora analizada y el propio mar, si bien a nivel oficial no se ha confirmado este extremo.
Los agentes de la Policía Judicial también van a entrevistarse con la tripulación del Playa de Menduiña Dos, que puede resultar clave en la investigación al ser los primeros en hablar con los supervivientes y también el buque que encontró la balsa en la que estaban. La otra lancha la encontró el buque portugués, junto a varios cadáveres, pero ambos barcos se encontraron e hicieron el trasvase de las posibles pruebas y de los cuerpos.
El Playa de Menduiña Dos estuvo varios días realizando tareas de rastreo en la zona para intentar localizar más cuerpos y el sábado 19 de ferbrero, cuatro días después del hundimiento, llegó al puerto canadiense de San Juán de Terranova llevando siete de los cuerpos rescatados -los otros dos viajaron hasta tierra en un barco canadiense-.
El naufragio se investiga, en estos momentos, en dos vías. A nivel penal, la Guardia Civil y la Audiencia Nacional y hay otra investigación de la Comisión Permanente de Investigación de Accidentes e Incidentes Marítimos (Ciaim), dependiente del Ministerio de Transportes. Este domingo, PontevedraViva pudo saber que también se acercaron a Cangas los técnicos de la Ciaim.
Ambas investigaciones han hablado ya con Kwesi y con Eduardo Rial, mientras que Juan Padín solo habló a la Ciaim. Este organismo también se entrevistó con los familiares de los fallecidos, que aportaron pruebas y documentos que podrían corroborar la versión de Samuel Kwesi porque sus familiares ahora fallecidos les indicaron, minutos antes del naufragio, la peligrosidad que se vivía a bordo, si bien oficialmente tampoco existe información sobre este particular.
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