"As mazás do cesto que teceu Montse abandonan o silencio"

Pontevedra
25 de septiembre 2015

Montse Fajardo presentó en Mugartegui su segundo libro, Un cesto de mazás. Memoria das vítimas do 36 e do tempo que veu, una obra de memoria oral y coral en la que, según Luis Bará, logra dar voz a las víctimas y que "a súa memoria saia do esquecemento e permaneza para sempre". Allí estuvo una de las voces que le permitió realizarlo, Carmiña Arruti, hija de Josefina Arruti y el ex alcalde Bibiano Fernández

Montse Fajardo, Carmiña Arruti, Natalia Puga, Pepe Álvarez y Luis Bará presentan 'Un cesto de mazás'
Montse Fajardo, Carmiña Arruti, Natalia Puga, Pepe Álvarez y Luis Bará presentan 'Un cesto de mazás' / Mónica Patxot

Parece que Pontevedra tiene sed de memoria, de memoria histórica. O esa es la conclusión que se puede extraer de la escena que se vivió en la tarde-noche de este jueves en el Pazo Mugartegui. La escritora y periodista arousana Montse Fajardo presentaba su segundo libroUn cesto de mazás. Memoria das vítimas do 36 e do tempo que veu, en el que se recogen 16 historias de represión durante la Guerra Civil y los primeros años de la Dictadura contadas por persoas próximas a las protagonistas. Citaba a los pontevedreses a conocer más de cerca a las víctimas del 36 en Galicia, tanto a las evidentes -fusilados, paseados o encarcelados- como a todas las demás, esas que muchas veces ni siquiera han sido consideradas como víctimas -viudas, huérfanos, hermanos o padres-. Y la respuesta 'abrumó' a autora y organizadores. Las sillas quedaron escasas y la reciprocidad demostrada por los presentes al término del acto evidenció el interés general por recuperar esa etapa demasiado tiempo silenciada de la historia reciente. 

Un resumen audiovisual del libro elaborado por O Faiado de Memoria abrió un acto en el que la gran protagonista fue Carmiña Arruti, hija de Josefina Arruti y Bibiano Fernández. Sobre él, ex alcalde, ex presidente de la Deputación, diputado en las Cortes Generales cuando estalló la Guerra Civil, existe una amplia bibliografía que recoge su encarcelamiento o su exilio. Sobre ella, apenas se había mencionado nada más que su condición de 'esposa de'. El Concello de Pontevedra saldó su deuda recientemente dando su nombre a una nueva calle y Montse Fajardo salvó su historia del olvido dedicándole una de las manzanas de su libro. Para ambos gestos tuvo palabras de agredecimiento Carmiña Arruti en una emotiva intervención en la que habló un gallego poco habitual en su día a día y rememoró parte de las vivencias de su madre, que "nin era solteira nin era viúva" y sufrió cárcel, encierro domiciliario y muchas miserias durante la Guerra Civil y los primeros años del Franquismo. 

Su historia revela hasta qué punto es necesario un libro como Un cesto de mazás, del que el historiador Pepe Álvarez Castro, autor de Pontevedra nos anos do medo, ha señalado que es "de lectura imprescindible" para entender lo ocurrido a partir de julio del 36 en Galicia y un ejemplo de cómo las fuentes orales son materia prima muchas veces subestimada para hacer historia y, en este caso, también para hacer memoria, pues con este libro "as mazás do cesto que teceu Montse abandonan o silencio" y cumple con lo que la propia Fajardo recoge en su prólogo a modo de toda una declaración de intenciones: "Si, é verdade, eu estou dun único lado, do lado das vítimas. De todas as vítimas. Do único lado en que podería estar: o dos silenciados". Y les hace memoria y justicia. 

Logra, según el concejal de Patrimonio Histórico, Luis Bará, dar voz a las víctimas y que "a súa memoria saia do esquecemento e permaneza para sempre". Y no es poco el logro si se tiene en cuenta, como recordaron tanto Bará como Pepe Álvarez, que se trata de víctimas olvidadas en los ya de por sí escasos trabajos realizados para contar ese otro lado de la historia. Se trata de sindicalistas, obreros, profesores, luchadores 'rojos' a los que pocas veces se menciona en las bibliografías y de sus familias y de quienes quedaron tras su fusilamiento o su exilio, a los que, en un ejercicio de memoria oral y de memorial coral, saca a la luz. 

"As que pasaron os que quedamos, iso ninguén o sabe", decía una de las protagonista del primer libro de Montse Fajardo, Matriarcas, Carmen Meaños, y, parafraseándola, Luis Bará elogió el trabajo de documentación y de recogida de fuentes orales realizado por la autora para contar cómo vivieron esos años "as víctimas que quedaron e que tiveron que pasar esa noite do Franquismo". Todo contado "cunha grande sensibilidade" fruto de la "capacidade de empatía" de una profesional que, tras tres años de intenso trabajo, y de derramar muchas lágrimas con sus entrevistados, autoeditó un libro "cheo de orgullo e dignidade, da dignidade que sempre tiveron as vítimas".

El resultado final, que ya se puede comprar en las librerías, es "un libro novidoso sobre un vello tema" que tiene muchos vínculos con el programa municipal A memoria das mulleres, del que la autora forma parte. Y es que, tal y como concluyó su presentación Luis Bará, "todo isto pasou e contouno Montse Fajardo".