"Me encanta Pontevedra", dice Maxim Huerta (Utiel, Valencia, 1971) nada más empezar la entrevista. Eso sí, es la primera vez que viene por trabajo. "He estado aquí varias veces, en casa de amigos. En la ría, de fiesta. Pasando un buen rato", reconoce. Pero esta vez viene a presentar su tercera novela, Una tienda en París. Lo hace en la librería Cronopios. Y se le ve feliz. No es para menos. "Hoy mismo sale la décima edición", nos cuenta.
Está, quizá, en uno de los mejores momentos de su vida. La televisión le ha convertido en un rostro conocido y reconocido. Especialmente cuando dejó los informativos y, de la mano de Ana Rosa Quintana, dio el salto a los programas de entretenimiento. Asegura que se siente "muy cómodo" haciendo televisión, pero reconoce que "soy más libre escribiendo". De ambas facetas hablamos en la entrevista que mantuvo con PontevedraViva.
Una tienda en París es tu tercera novela. ¿Qué nos puedes contar de ella?
Pues poco, para que la gente se anime a leerla (se ríe). Cuento la historia de Teresa, una mujer a la que le falta algo en su vida. Como dice a lo largo de todo el libro, su vida es gris. Y busca un nuevo comienzo. Guiada por un cartel que, sin saber muy bien por qué, le llama la atención, llega a París en donde alquila la vieja tienda cuya dirección aparece en el cartel. Allí monta su negocio y unas fotos que encontrará en ella le transportarán al París de los años 20 y a la vida de las mujeres que aparecen en ella, especialmente la de una, Alice Humbert.
¿Cómo describirías este libro?
Suelen decirme que es una novela muy romántica, pero yo creo que es la más pasional de todas las que he escrito. Es una novela que habla de pasiones por la vida, fundamentalmente pasión por la cultura, pasión por la moda, pasión por el sexo, pasión por enamorarse. Habla de todo tipo de pasiones, esas que te hacen sentir vivo.
Las protagonistas de tu novela vuelven a ser mujeres, como en las dos anteriores
Hay muchos hombres, pero sí, las protagonistas son ellas. Dos mujeres. En el fondo es un homenaje a todas esas mujeres de principios de siglo que, en una época absolutamente machista tuvieron que romper clichés. Es un homenaje a aquellas mujeres que posaban desnudas por cuatro francos para pagarse la comida, que se quitaban la ropa, en el fondo, para poder vestirse de nuevo.
Y dos mujeres con una personalidad muy definida, ¿no crees?
Son dos mujeres muy diferentes. Una que lo tiene todo actualmente en el siglo XXI y otra de principios del siglo XX que no tenía nada. Teresa es una mujer que lo ha tenido todo, pero lo único que le ha faltado es la libertad que ha tenido la otra. Hasta que las vidas de ambas se cruzan. Es una novela que habla del destino, fundamentalmente de personas para las que el destino ha sido crucial en sus vidas.
Teresa busca un nuevo comienzo y tú mismo lo tuviste cuando decidiste abandonar los informativos. ¿Fue un cambio buscado o inesperado?
Fue por azar. Yo estaba cansado del horario de informativos y de pronto surgió la posibilidad de cambiar y dije: por qué no. La oportunidad de no saber dónde me metía, de sentirme diferente, de cambiar de registro me parecía muy atractiva la idea. Y pensé que no perdía nada por arriesgarme. No quería quedarme con la sensación del "y que hubiera sido si".
"La barrera entre la prensa rosa y los informativos se ha roto. De hecho no hay nada más ridículo ahora mismo que el Congreso"
¿Te costó mucho?
Una barbaridad. Me costó años acostumbrarme a estar en el programa. No sabía moverme, no sabía vestirme, no sabía caminar, no sabía hablar a diez cámaras, no sabía cómo mezclar temas trágicos con amables, conjugar simpatía con información. Me costó mucho adaptarme, pero bueno lo fui haciendo poco a poco y ahora estoy muy cómodo.
¿El hecho de adentrarte en el mundo de la prensa rosa te causó algún dilema?
Es que yo no creo que hagamos prensa rosa. Esa barrera se ha roto ya. La mayoría de los informativos de televisión hablan más de Victoria Secret, del tiempo cuando hace sol, sacan tetas y frivolidades de YouTube. Los informativos, salvo los primeros cinco minutos, son bastante magazine. Yo creo que se ha mezclado mucho los temas y todos hacemos lo mismo. Yo no recuerdo la última noticia de corazón que di, te lo juro. De hecho no hay nada más ridículo ahora mismo que el Congreso.
Dices que estás cómodo en televisión, pero en tu faceta de escritor también se te ve bastante suelto. ¿Te resulta difícil enfrentarte a una página en blanco al iniciar una novela?
Soy muy alemán en la tarea de escribir. Me siento todas las tardes, escriba o no escriba, lea o corrija, me documente o busque una canción, Me siento delante del ordenador, escribo más o menos, me levanto, corrijo, bebo vino Yo creo que soy escritor porque soy muy lector. Soy hijo único y me he pasado muchas horas solo en casa. Es herencia de mi madre y de mi abuela. Escribo porque siempre he escrito, desde pequeño. Cuando surgió la idea de publicar, para mí fue como un bote salvavidas. Poder hacer algo diferente que me apetecía mucho.
Has hecho televisión, has hecho radio, has trabajado en prensa escrita, has escrito tres novelas, has hecho algún que otro cameo en cine ¿te queda algo por hacer?
Quiero escribir teatro. La primera novela la quiero adaptar a teatro. Me lo han pedido actrices que la han leído, les ha encantado y me han dicho que sería un monologo perfecto para actrices de teatro. Estoy leyendo como hacerlo y preparándome para ello. A ver qué tal.
¿De dónde sacas tiempo para todo?
Pues mira, en la tele llevo quince años. Y ahora que estoy por la mañana, afortunadamente tengo muy buen horario. A la una estoy en mi casa. Como y escribo unas cuatro horas todos los días. Estoy centrado toda la tarde en escribir, salvo el gintonic de después que es cuando quedo con mis amigos.
"La tele es muy canalla y muy puta. La tele te deja, no la dejas tú a ella. Es como un mal amante, te deja cuando menos te lo esperas"
Y de todas estas facetas de las que hemos hablado, ¿cuál te gusta más?
La tele me gusta. Siempre me ha gustado y me encanta comunicar. Pero soy más dueño de mí y de mis personajes, de mi papel, de los vestuarios, de la música, de los escenarios, en las novelas. Soy más libre escribiendo, en la tele soy uno más de un programa de cien personas. Soy una pieza de un engranaje que funciona a la perfección.
Recientemente decías que, probablemente, a medio plazo tu futuro no estaba en la televisión. ¿Estás cansado?
Cansado no, lo que pasa es que escribir me apasiona. Los libros van muy bien. Hoy sale la décima edición de la novela. Y tengo la sensación de que en la televisión hay muchas modas y de repente puedes dejar de estar de moda. Hay muchos personajes mucho más importantes que yo que ya no hacen tele. Muchos presentadores que ya no están en televisión. Lo dejaron porque la tele es muy canalla y muy puta. Porque la tele te deja, no la dejas tú a ella. Es como un mal amante, te deja cuando menos te lo esperas.
Cuando te paran por la calle, ¿lo hacen más por tu trabajo en televisión o por las novelas?
Normalmente me paran o bien para decirme "genial lo que has dicho", por algún comentario bestia en televisión, o por los libros. Pero para mí la mayor ilusión es ver que esas personas llevan el libro encima muchas veces. Que me paren por la calle, por el aeropuerto y me digan que les ha encantado mi libro es muy gratificante, porque el libro lo he hecho yo, lo he preparado yo.
Volviendo a esta novela, Una tienda en París está ambientada en los años 20, ¿pero su trama podría trasladarse a la actualidad?
Claro que sí. Más que nunca. Lo de ambientarlo en los años 20 es un delirio mío, una obsesión. Es un periodo duro, desafortunadamente es un periodo entre guerras, pero París por muy mal que estaba, lo recordamos como un periodo de felicidad y ruptura. A pesar de lo mal que estaban surgieron estrellas de la pintura, el cine, la fotografía, el arte o la moda. Empezaron a ser más libres, los cafés abrían hasta las tantas Intentaban llenar de felicidad una época gris. Es lo que más me apasiona de aquella época. Tendríamos que hacerlo también ahora.
"En mi cuarta novela, el protagonista es un chico. Estuve todo el verano dándole vueltas a la cabeza en la playa. Espero terminarla pronto"
¿Crees que las mujeres se verán más reflejadas en Teresa o en Alice?
Lo curioso es que depende de quién te lo diga, se ven reflejados en Teresa o en Alice, pero también hombres. Lo que pasa es que hay más lectoras. Los hombres son más perezosos. La mujer gestiona más, todo. Es infinitamente más inteligente que nosotros. De hecho una viuda es autónoma y un viudo no. Ahí está la prueba de que son mejores.
Una constante de tus libros es la feminidad, la maternidad
La maternidad, la mujer, el destino, el cambio, la voluntad de iniciar algo diferente, algo mejor Todos esos temas son recurrentes en mi obra, pero probablemente porque todos los personajes tienen algo de mí, de mis delirios o de mis frustraciones. (se mantiene pensativo) Pero en mi cuarta novela, el protagonista es un chico. Estuve todo el verano dándole vueltas a la cabeza en la playa. Espero terminarla pronto.
Es curioso averiguar que la tienda en la que está basada el libro existe de verdad.
Es la tienda que aparece en la portada del libro, sí. Existe y se ha convertido en un lugar fetiche. La dueña tiene el libro y la gente va a ver la tienda. Dice ella que es como pasó con Amelie. Van todos los días. Dice que nota que son españoles porque entran buscando la trampilla del sótano y las escaleras que llevaban al sitio en el que trabajaban. Que una historia así haya pellizcado a tanta gente, es muy bonito.
¿Y cuál sería la tienda en París de Maxim Huerta?
Seguramente, mi abuela Irene. Ha sido una mujer muy echada para adelante. Me ha ayudado en todo. Siempre me ha dicho que, en la vida, hay un viaje de ida, pero no hay de vuelta. Por eso tengo muy claro que siempre hay que renovarse, a veces simplemente cambiando los muebles de casa o cambiando de desayuno, para sentirnos diferentes. Yo mismo he tenido varios cambios en mi vida. De ciudad, de registro informativo He tenido bastantes tiendas en París.