Primeros puntos que se le escapan al Club Cisne Balonmano delante de su afición. Ha sido ante un Granollers completamente demoledor que impuso un ritmo alto prácticamente imparable para los blancos, salvados por un Kilian Ramírez (31,71% de efectividad) que apareció en los momentos determinantes para que la derrota no fuera más abultada (29-35).
Y eso que el duelo comenzó completamente igualado con reparto de golpes en ambas escuadras que se traducía en un 2-2 de inicio. El Granollers ya dejaba ver a qué había venido a Pontevedra: juego rápido en ataque y defensa muy cerrada para evitar que el balón llegara al pivote Franceschetti, muy bien cubierto en todo momento. Al Cisne le costaba encontrar lanzamientos cómodos incluso desde el exterior y se salvaba gracias a los contragolpes (3-3).
Pese a ello, muy pronto el conjunto catalán consiguió tres goles de ventaja, que pudieron ser más pero la portería cisneísta estaba muy bien protegida por Kilian, que salvó a los suyos de que la diferencia fuera mayor (3-6).
Casi cinco minutos estuvo el Cisne sin anotar, hasta que Carlos Ocaña salió al rescate y rompió con la sequía de los blancos para forzar un nuevo reparto de golpes. Eso sí, el guardameta blanco volvió a aparecer con tres paradas casi consecutivas y permitió a su equipo colocarse a tan solo un gol del empate pasado el ecuador del primer tiempo (9-10).
Los de Pontevedra se vinieron arriba con la aportación de Kilian, pero les seguía costando superar la defensa catalana, que seguía intratable y no estaba dispuesta a mostrar ningún atisbo de flaqueza e incluso replegaba rápido para frenar las contras del Cisne.
Sin embargo, lo que parecía una remontada acabó en ventaja de los visitantes en los instantes finales del primer acto. Los jugadores blancos erraban en pases que parecían sencillos y Javier Márquez se veía obligado a parar el tiempo cuando quedaban menos de tres minutos para el descanso (12-16). Anotaron Chan y Francechetti para el Cisne y Pol Valera batió a un recién ingresado Roney desde los siete metros para hacer el 14-17 sobre la bocina.
Un 0-2 de Faruk Yusuf a la salida de los vestuarios dio otra renta máxima al cuadro visitante, mientras los blancos tardaban casi tres minutos en anotar con un siete metros de Chan. Sin embargo, pese a intentarlo, la velocidad en ataque del Granollers era imparable y al Cisne le costaba sangre, sudor y lágrimas superar la defensa (15-20).
Redujo diferencias en hasta tres goles, pero la precipitación volvió a ser la condena y el Granollers consiguió su máxima renta (19-25) obligando a Márquez a parar el cronómetro y ordenar las ideas de sus jugadores. Funcionó a la perfección, al menos en un primer momento, pero los visitantes seguían haciendo un juego muy sencillo y no les costaba ver portería (22-26).
Con Furtado desde los siete metros y las paradas de Killian a falta de 12 minutos para la conclusión daban esperanzas al Cisne, que lejos de rendirse se venía arriba (25-27). Pero a la línea de ataque del Granollers no le temblaba el pulso a la hora de anotar y se encargaba de impedir la reacción blanca.
De hecho, los últimos minutos solo tuvieron un color pese a la intención de los locales de remontar. Sentenció con mucha tranquilidad el Granollers en los últimos instantes donde destacó, el debut de Manu García y, cómo no, la velocidad de Mateo Arias y Carlos Álvarez (29-35).
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