El CGTD reabre pero los deportes de contacto se quedan fuera

Pontevedra
20 de junio 2020

El Centro Galego de Tecnificación Deportiva recupera poco a poco la normalidad pero los deportistas de lucha, judo o karate continúan entrenando en sus casas al no estar permitidos todavía los entrenamientos de combate

Penúltima jornada del Europeo de Lucha de Pontevedra
Penúltima jornada del Europeo de Lucha de Pontevedra / Diego Torrado

La nueva normalidad se instala en el Centro Galego de Tecnificación Deportiva de Pontevedra, pero no para todos. Desde el 11 de mayo los deportistas de alto nivel y los becados retomaron sus entrenamientos en las instalaciones del complejo situado a orillas del Lérez y en las próximas jornadas harán lo propio los integrantes de los clubes de la ciudad que habitualmente entrenan en este recinto.

Sin embargo, existe un pequeño grupo de deportistas que tienen todavía vetada su práctica deportiva. Es el caso de los deportes de contacto como la lucha, el kárate o el judo. Sus practicantes continúan entrenando en casa y mejorando su condición física o su técnica, pero llevan desde que se decretó el estado de alarma en el mes de marzo sin practicar el combate, al no estar permitidos todavía como medida de prevención de la transmisión del coronavirus.

"Nuestro deporte es luchar, pero si combates contra alguien que es positivo te vas a contagiar seguro", expone el entrenador de lucha Marcos Miragaya, comprensivo con la decisión de no autorizar todavía los entrenamientos con total normalidad. "El centro no tiene ninguna culpa, de hecho nos facilitaron mucho las cosas", agradece.

A la espera de la reformulación del calendario nacional e internacional, cuyos últimos cambios supusieron un varapalo para las aspiraciones olímpicas de la lucha pontevedresa, Miragaya espera que las federaciones concedan un margen de tiempo que permita a los deportistas recuperar la forma y el ritmo de combate. "En mes y medio pueden estar bien porque la lucha es algo que no se olvida", reconoce el técnico.

Mientras tanto sus pupilos continúan entrenando en sus domicilios. "Sabíamos que no iba a ser para dos semanas", señala el preparador que decidió aprovechar el parón para reducir la carga de trabajo de los luchadores. "A Lydia le vino bien para descansar porque empezaba a mostrar ya síntomas de agotamiento, pero tampoco podía parar de competir para intentar conseguir sus objetivos", explica. Así cada semana realizaban una videollamada en la que el entrenador daba una serie de pautas que los luchadores todavía continúan aplicando.

Sobre la reanudación de las competiciones y sin conocer todavía la decisión de suspender todos los selectivos para los Juegos Olímpicos, Miragaya ya auguraba que "no se van a poder celebrar campeonatos porque no se puede viajar. Hasta septiembre no habrá nada y luego ya se verá", vaticina.