Superada la tormenta que desencadenó la inesperada dimisión de Luisito el pasado domingo en Talavera, el Pontevedra Club de Fútbol trata de recuperar la normalidad para centrarse exclusivamente en el plano deportivo.
En una situación complicada en liga, decimocuartos a sólo un punto de la promoción por la permanencia y a dos del descenso, los futbolistas reclaman su protagonismo para dejar definitivamente atrás su semana negra y sumar un triunfo que eleve la moral de la tropa.
Los granates entrenaron el primer día de la semana todavía bajo los efectos de la bomba informativa y conociendo ya la negativa del Consejo de Administración a aceptar la renuncia de Luisito, mientras el martes disfrutaron de jornada de descanso. Ahora a golpe de miércoles han vuelto al trabajo pensando en lo único importante, lo que pase sobre el terreno de juego.
Ésa es la única manera, ganando el domingo al Navalcarnero, de olvidar la inestabilidad y alejar los fantasmas de un cambio de entrenador o de una renovación en la plantilla cuando abra el mercado invernal, posibilidad que apuntó la presidenta en su comparecencia ante los medios de comunicación.
No será en todo caso tarea sencilla, ya que el conjunto madrileño llegará al Estadio Municipal de Pasarón en un buen momento, quintos en la tabla y a un sólo punto del play-off de ascenso.
La principal duda para Luisito, en una campaña en la que los problemas físicos de parte del equipo ha sido una constante, será saber si consigue recuperar a los futbolistas que han comenzado la semana entre algodones, como Prosi y sobre todo Carlos Ramos.
El que seguro no estará ante el Navalcarnero será David Goldar, al tener que cumplir un encuentro de sanción por acumulación de amonestaciones. Su ausencia obligará una vez más a retocar la línea defensiva, toda vez que el de Portas se ha convertido en un fijo en la alineaciones del equipo.