A punto estuvo el Marín Futsal de dar una nueva sorpresa en A Raña después de resistir y de hacer sufrir al líder Burela, que tuvo que sudar la gota gorda para llevarse los tres puntos.
Dominó el partido el Burela desde el pitido inicial, haciéndose con la posesión del esférico y obligando al Marín a cerrarse en defensa para evitar el gol contrario a toda costa.
Y aguantó la escuadra marinense práticamente hasta los últimos instantes del primer tiempo, cuando las de A Mariña, después de mucho insistir, lograron adelantarse. Era el minuto 17, Antía Pérez sacó de esquina y cedió a Emily Marcondes, que sacó un potente derechazo desde tres cuartos de campo y enchufó balón en la escuadra. Imparable para la guardameta.
No conforme con el 0-1, el Burela volvió a golpear tan solo un minuto después y de nuevo por medio de Marcondes, que recibió otro pase de Antía, esta vez tras una larga posesión, y ajustó el cuero en la esquina de la portería local.
Después del paso por los vestuarios, el Marín salió dispuesto a darle la vuelta al resultado y lo consiguió antes de que se cumplieran los primeros tres minutos del segundo tiempo después de una gran combinación de todo el equipo. Café descargó en Bravo, y ésta buscó en largo a Ariana, quien aprovechó la salida en falso de la portera visitante para recortar diferencias.
El gol sirvió como una bomba de oxígeno para el conjunto marinense, que empezó a jugar sus mejores minutos en los que no solo empató, sino que logró ponerse por delante. Débora hizo el 2-2 desde el punto de penalti en el 27 y, segundos después, Pedreira, tras un robo de balón en campo propio, se encargó de transformar el 3-2.
Apostó entonces el Burela por el juego de cinco y, sin prisa y sin precipitaciones, esperó su momento para golpear. De esta forma y después de una larga posesión, las tablas regresaron. Emily puso el balón en la diagonal y Patri, en el segundo palo, anotó el 3-3.
Tras el gol, el conjunto visitante se vino arriba y Marcondes remontó el resultado aprovechando un error defensivo del Marín.
Se cambiaron en ese momento los papeles y fueron las de Ramiro Díaz las que optaron por el juego de cinco, pasando a ser dueñas de la posesión y asediar por completo la portería de un Burela volcado en tareas defensivas y que tuvo que sudar la gota gorda para evitar el gol de un equipo local que pudo lograr el empate en los últimos segundos.
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