El Pontevedra va de mal en peor. Los granates encajaron su tercera derrota consecutiva, las tres frente a rivales directos por la permanencia, en un partido en el que ofrecieron una de las peores imágenes de la temporada.
El cambio de entrenador a mitad de semana no fue el revulsivo que en el club esperaban. Más bien todo lo contrario, porque el equipo desapareció del terreno de juego después de recibir el primer gol y acabó encajando la mayor goleada de las dos últimas temporadas.
De hecho, para encontrar una derrota de estas características hay que retroceder tres temporadas, a diciembre del 2020 cuando el Coruxo venció por idéntico resultado al Pontevedra de Jesús Ramos en O Vao. Fue también la mayor derrota de aquella temporada en la que el equipo, con Luisito al frente, logró evitar en la última jornada el descenso a Tercera Federación.
La llegada de Toni Otero al banquillo parece no haber servido para solucionar los problemas defensivos de un equipo que encaja goles con excesiva facilidad. Con solo dos sesiones de trabajo, no ha tenido tiempo todavía el entrenador de imponer su estilo. Aunque ya dejó algunos destellos como el cambio de sistema para recuperar la defensa de cuatro, la decisión de apostar por Bakero antes que Rufo en el orden de los cambios o acusar a sus jugadores de "falta de actitud" en la rueda de prensa posterior a la derrota contra el Linense.
En ninguna de las veinte jornadas disputadas hasta la fecha el Pontevedra había encajado tres tantos. Con Antonio Fernández al frente, los granates, que acumulan diez derrotas, solo habían perdido por más de un tanto de diferencia en cuatro partidos. Todos por 0-2 y lejos de casa salvo la derrota en Pasarón contra el Rácing de Ferrol.
Además, los otros cinco partidos perdidos se produjeron por la mínima y tres de ellos (Linares, Castilla y Córdoba) en los minutos finales del encuentro. Un hecho que confirma que el equipo, a pesar de la mala marcha en liga, plantó cara a casi todos los rivales.
En comparación con la temporada pasada en Segunda Federación, la mayor derrota del equipo que entrenaba Ángel Rodríguez fue en la visita al Leganés B por 2-0. Mientras que un año antes, de las ocho derrotas sufridas, todas fueron por la mínima salvo la citada derrota en O Vao.
EL PEOR DEBUT EN UN BANQUILLO DESDE EL AÑO 2001
En la historia reciente del Pontevedra, nunca un entrenador había debutado con una derrota tan abultada. En lo que va de siglo, no hay un registro peor y solo dos entrenadores debutaron con tan mal pie como Toni Otero.
El primer precedente data del año 2001, Milucho Pintos acababa de coger las riendas del equipo tras la destitución de Raúl González, pero su regreso al banquillo granate fue amargo, pues se reestrenó con una derrota por 3-0 en su visita al Atlético de Madrid B. Ya había entrenado Milucho al Pontevedra en las dos temporadas anteriores, en las que su primer partido había terminado en empate.
El otro precedente es de un año antes. Rafa Sáez tomó las riendas de conjunto de Pasarón en la temporada 2000-2001 tras dos experiencias previas como técnico interino. Y su debut no pudo ser peor, derrota por 3-0 en El Toralín frente a la Ponferradina. En su última etapa como entrenador, en la 2008-2009, también debutó con derrota fuera de casa frente al Sestao.
Desde entonces, han pasado por el banquillo granate en lo que va de siglo 19 entrenadores. Y solo debutaron con derrota, Milo Abelleira, en el primer año tras el descenso a Tercera cuando perdió en su visita al Dorneda, Jose Aurelio Gay, en su segunda etapa; y Alberto Argibay, en Segunda División.