El Pontevedra afronta este domingo una nueva cita decisiva para sus opciones de permanencia y lo hace con los mínimos efectivos. Rufo, lesionado en el último partido de liga, es el último en unirse a una larga lista de bajas en la que ya estaban Ángel Bastos, Borja Domínguez, Brais Abelenda. Todos ellos descartados para el duelo contra el Celta B.
Y por si fuera poco, jugadores fundamentales como Yelko Pino, que no entrenó este miércoles con el grupo, o Churre arrastran molestias físicas.
Aunque desde el club no han informado qué tipo de lesión sufren estos cuatro futbolistas. Los gestos de dolor mostrados tanto por Rufo en el último partido, como por Borja Domínguez y Abelenda, evidencian dolencias musculares que requerirán de varias semanas de recuperación para regresar a la dinámica del equipo.
Más compleja es la situación de Bastos, con un fuerte esguince de tobillo sufrido durante un entrenamiento en el mes de noviembre, que sigue trabajando al margen realizando carrera continua en el gimnasio dos meses después del incidente y sin que haya fecha prevista para su vuelta.
Con la enfermería a rebosar, el entrenador Toni Otero tendrá serias complicaciones para dar forma a la convocatoria. Además, el mercado de fichajes no ha ayudado a aliviar esta situación. Solo ha llegado el mediocentro Javi Robles, que se unirá este jueves a los entrenamientos con el grupo. Mientras que Oier ha hecho las maletas y Gueye sigue sin aparecer por la ciudad, lo que debilita todavía más las demarcaciones de extremo y carrilero del equipo.
El lado positivo es que este miércoles dos jugadores del filial, el pichichi Victor Casais y el defensa Arnosi, han realizado el entrenamiento con el primer equipo, así como Valentín jaichenko, cuyo protagonismo va en aumento tanto en los entrenamientos como en los partidos.