Fue el primer club deportivo de la ciudad en anunciar que se acogió a un Expediente de Regulación de Empleo Temporal (ERTE) con motivo de la crisis sanitaria, hace ya más de tres meses, y hora será de los primeras entidades de deportes colectivos que retomará la actividad.
El Club Waterpolo Pontevedra ha anunciado que se prepara para la vuelta a la piscina, empezando por revocar el ERTE que afectaba a sus entrenadores.
"Por fin ha llegado el momento de volver a reencontrarnos en las piscinas y afrontar el reinicio de los entrenamientos presenciales", ha señalado la junta directiva en un comunicado dirigido a sus socios.
Asimismo la entidad deportiva reanudará el cobro de las cuotas de actividad a todos los deportistas, suspendidas en su momento, "toda vez que la vuelta a la actividad implica la obligación de hacer frente a los gastos mensuales habituales (nóminas y Seguridad Social de los técnicos, alquiler de piscinas,…)", señala el citado comunicado.
Esta decisión se completa con la elaboración de un protocolo de actuación para planificar el regreso a los entrenamientos de todos sus equipos en la situación actual, es decir, garantizando el cumplimiento de las medidas de seguridad y sanitarias exigidas. Es un primer paso que continuará con el diseño de un plan de entrenamiento por categorías y grupos para adaptarse a las condiciones exigidas en los protocolos de las instalaciones y también para favorecer en la medida de lo posible una recuperación progresiva del tono físico de sus deportistas con el objetivo de evitar lesiones.
El Waterpolo Pontevedra pretende retomar la actividad, y para ello tiene previsto pedir los permisos respectivos, en sus habituales centros de entrenamiento, como son el Centro Galego de Tecnificación Deportiva, el Centro Deportivo Militar de Campolongo y el Centro Deportivo Rías do Sur en Pontemuíños.