Tarde de Halloween y en Pasarón se vio una película de suspense. Parecía de terror, por lo visto en el primer tiempo, pero concluyó con final feliz. Los granates obsequiaron a su afición con un triunfo de los que gustan a orillas del Lérez, remontando a base de buen juego y pasión.
La primera parte no tuvo mucha historia y tampoco fútbol. El despiste de Soto en salida de balón que castigó el Coruxo con un tanto fue lo único reseñable. Pero en la segunda, el Pontevedra quitó el pie del pedal de freno y aplastó al cuadro vigués contra su propia portería. Tardó en llegar el empate, pero el Pontevedra nunca perdió la fe y acabó celebrando un merecido triunfo.
Pudo torcerse el partido para el Pontevedra en el primer minuto de juego. Un córner para los granates desembocó en un peligroso contragolpe del Coruxo, que salió a toda velocidad hacia el área de Cacharrón, donde recibió Martín muy escorado en la derecha pero aun así logró conectar un disparo que se estrelló en la parte superior del larguero.
Aunque empezó el partido con dos peligrosas llegadas al área, una para cada equipo, el ritmo no tardó en decaer. Entró el choque en una fase de lucha en el centro del campo, sin ocasiones para ninguno de los equipos y con los vigueses dominando el esférico.
Poco a poco, el Pontevedra iba tomando el pulso al duelo, adelantando sus líneas de presión y comenzando a robar en campo ajeno. Fue así como, pasado el minuto veinte de partido, protagonizó su primer acercamiento con peligro a la meta de Alberto a través de un centro lateral de Rubio que Romay cabeceó flojo a las manos del meta vigués. Luego, en otra buena jugada colectiva, Seoane se atrevió con un lanzamiento lejano que salió muy alto.
Pero cuando más cómodos se sentían los locales, golpeó el Coruxo. Soto se equivocó en la salida de balón y acabó perdiendo el balón en su propia área ante la presión de Diego Silva, que hizo una pared con Martín y se plantó solo delante de Cacharrón, que llegó a tocar el remate raso del ariete.
Con el marcador en contra, el Pontevedra se echó arriba en busca del empate, pero los granates seguían sin ideas para romper las dos líneas defensivas del Coruxo.
Tras el paso por vestuarios, la cara de los granates cambió de forma radical. Ese equipo que en el primer tiempo apenas había pisado el área rival, salió desbocado a por el empate y, durante un cuarto de hora, encerró al Coruxo en su propia área.
Los de Ángel Rodríguez tuvieron ocasiones de todos los colores. La primera tuvo a Seoane y Yelko como protagonistas. El lateral recortó en el área y puso un pase raso al punto de penalti que empalmó Pino con tan mala suerte que su remate se estrelló contra la cabeza de Romay.
Acto seguido, Brais Abelenda filtró un balón a Romay, que dejó sentado a Alberto y entregó el balón a Yelko, pero cuando iba a empujar el balón a la red apareció la bota salvadora del guardameta Alberto para desbaratar la oportunidad.
Y sin dejar respirar al Coruxo, nuevamente Seoane puso otro centro que acabó en las botas de Yelko Pino, cuyo remate mordido aprovechó Charles para desviarlo con la puntera, pero de nuevo Alberto rechazó el balón, que quedó suelto en el área pequeña pero el ariete brasileño no pudo llegar a empujarlo.
El Pontevedra seguía buscando el empate por todos los medios y pudo llegar desde el punto de penalti, pero el colegiado no vio la zancadilla sobre Brais Abelenda cuando encaraba al portero. El ex del Compostela pudo empatar luego al rematar un centro desde la derecha, pero su volea salió alta.
Comenzaba el Pontevedra a desesperarse por su falta de acierto. Además, el Coruxo logró enfriar el partido a base de faltas, pérdidas de tiempo y cambios. Fue así como el choque entró en otra fase de valle sin jugadas de peligro.
Era la calma antes de la tempestad. El Pontevedra recuperó fuerzas y una buena triangulación por banda derecha acabó en un preciso centro al segundo palo de Brais donde aguardaba Charles para, por fin, poner el empate en el marcador con un soberbio cabezazo picado.
No se conformó el Pontevedra con el empate, el equipo siguió buscando el triunfo y fue ese ímpetu el que le pudo dar un disgusto si Borja Domingo estuviese un poco más acertado en remate en plancha, que Cacharrón atajó sin complicaciones. Más mérito tuvo en su segunda intervención del segundo tiempo al volar para despejar a córner un potente cabezazo del cuadro visitante a la salida de una falta lateral.
En los minutos finales y cuando las piernas, por el esfuerzo y la lluvia, comenzaban a flaquear, el Pontevedra tiró de casta y corazón para buscar la victoria. Los granates comenzaron a colgar balones al área con la esperanza de que alguien la cabecease al fondo de la red. Con esa idea dio entrada en el minuto noventa, Rodríguez a Javi Rey. Y el mediocentro pontevedrés cumplió la misión, su cabeza emergió de entre todas las demás a la salida de un corner para hacer el tanto de la victoria.
Un tanto que hizo saltar de alegría a todo el estadio y que todo el equipo, banquillo incluido, celebró en una enorme piña. Porque este Pontevedra, como dijo el propio entrenador al finalizar el partido, se está acostumbrando a ganar. De todas las formas posibles y, con esta remontada, ya van cuatro seguidas.
PONTEVEDRA CF (2): Cacharrón, Seoane, Churre, David Soto, Álex González; Miguel Román, Yelko Pino (Iñaki, min 90), Brais Abelenda (Javi Rey, min 89), Alberto Rubio (Oier Calvillo, min 68); Romay (Martín Diz, min 68), Charles
CORUXO (1): Alberto; Antón de Vicente, Antonini, Crespo, Chiqui; Jacobo Trigo, Álex Ares (Garci, min 70); Martín (Sanda, min 70), Mateo (Gandoy, min 62), Aitor Aspas; Diego Silva (Borja Domingo, min 62, Manu, min 90)
Árbitro: Éder Mallo Fernández, auxiliado en las bandas por Madrigal Pérez y García Presa (Castilla y León), amonestó a Álex Ares, por parte del Coruxo y a Miguel Román, por el Pontevedra
Goles: 0-1, min 35, Diego Silva, 1-1, min 73, Charles. 2-1, min 90, Javi Rey
Incidencias: Partido correspondiente a la novena jornada de liga en el Grupo I de la Segunda RFEF disputado en el Estadio Municipal de Pasarón ante alrededor de 1.500 espectadores.