El Cisne pone punto y final a la temporada en Segovia, donde, ya sin casi nada que jugarse (opción remota de meterse en puestos de play-off) y con la categoría asegurada, se enfrentó al líder de la misma: el Nava. Sin embargo, lo hizo quedándose con un sabor de boca algo amargo. A pesar de los malos resultados que venían arrastrando los castellanos desde hacía tres semanas, éstos quisieron despedirse de la mejor manera posible ante su afición, jugando un partido muy serio y logrando llevarse los dos últimos puntos de un año impecable.
Primeros minutos buenos del Cisne. En defensa, aún con la ausencia de Miguel Simón, supo contener al conjunto segoviano. Y, en ataque, consiguió elaborar jugadas capaces de superar el duro bloque local. De hecho, la igualdad fue máxima en el marcador, al menos hasta el 10' (5-5). Sin embargo, a partir de este momento, los de Jabato se atascaron en el plano ofensivo, fruto, seguramente, de un aumento de intensidad por parte de la defensa contraria. Numerosas pérdidas de balón y errores de cara a portería hicieron que, en los veinte siguientes, se instalase una diferencia en el electrónico difícilmente recuperable (17-10). Además, la aparición de Agustín Casado (5 tantos) supuso un aire fresco para el Nava cuando más lo necesitó. Ya no sólo por su efectividad goleadora, sino también, por su capacidad de generar situaciones favorables para el resto de compañeros. Por ejemplo, los lanzamientos exteriores; apartado en el que destacó, sobre todo, su fuerte lateral izquierdo, Oleg Kisselev (5 tantos).
La segunda parte, peor si cabe para el conjunto gallego. El partido ya estaba roto y las opciones para que el Cisne pudiese darle la vuelta a la situación eran cada vez más escasas. Tanto, que en el minuto 40 la diferencia era ya de once tantos (25-24).
Otro punto determinante y presente durante todo el choque fue la aparición de Ernesto Sánchez. El guardameta local estuvo a un nivel altísimo durante los 60 minutos, lo que frustró la moral de los pontevedreses y, más aún, las pocas posibilidades de remontada.
Finalmente, 32-24. Despedida descafeinada de una temporada más que buena del Cisne, ya que, con una plantilla repleta de jugadores muy jóvenes, luchó hasta el final por un puesto en la fase de ascenso a la máxima categoría.