La etapa de Javier Márquez al frente del Club Cisne Balonmano llega a su fin, aunque todavía le queda afrontar un último partido de liga en la máxima categoría antes de dar concluida definitivamente la temporada.
"Desgraciadamente no ha podido ser lo que todos queríamos", ha explicado el técnico en una rueda de prensa de despedida del club celebrada este martes en el Hotel Galicia Palace con la presencia de directivos de la entidad y una nutrida representación de jugadores de la primera plantilla.
Tras el descenso Márquez y el Cisne separan sus caminos, pero lo hacen mostrándose agradecimiento y cariño mutuo.
"Me llevo muchas cosas de Pontevedra y este año para mí ha sido muy bueno en lo personal, en el que he podido disfrutar de mi mayor hobby que es el balonmano. Quiero agradecer al club el haber podido disfrutar este año de la Liga Asobal", señaló el preparador manchego.
Márquez en todo caso se mostró exigente con el trabajo realizado, afirmando que "no voy a buscar excusas, ha habido lesiones, ha habido aciertos, errores, pero yo creo que teníamos en nuestra mano hacer algo más", aunque al menos "hemos sido un equipo capaz de hacer un muy buen balonmano este año. Hemos hecho buenos partidos y quizás el debe que hemos tenido es que no hemos sido todo lo regulares que deberíamos haber sido", analizó.
Por su parte el presidente del Cisne, Santiago Picallo, quiso destacar el paso del entrenador defendiendo que "se ha notado y se va a notar en el futuro, es un excelente profesional", aunque la situación económica por la pérdida de categoría haya sido decisiva en la decisión de no poder prolongar finalmente su estancia en Pontevedra.