La fiesta no pudo ser redonda al no poder volverse a casa con los tres puntos, pero a pesar de ello la 'Marea Granate' disfrutó de lo lindo de su primer gran desplazamiento de la temporada.
Eran 530 los seguidores que habían retirado la entrada en las oficinas de Pasarón, pero fueron incluso más los que acudieron al Estadio Municipal de Riazor para vivir una gran jornada de fútbol y en medio de un ambiente de confraternidad entre aficiones.
Desde su llegada a la ciudad de A Coruña, los autobuses lo hicieron antes ya de la hora de comer, los seguidores pontevedreses se hicieron notar en los exteriores de Riazor.
Cánticos, recibiento al equipo y lo mejor estaba por llegar dentro del coliseo coruñés.
El gol de Brais hizo soñar con un triunfo de gran valor y prestigio, y aunque al final no pudo ser el agradecimiento de la plantilla granate una vez finalizado el duelo dice mucho. Una comunión verde-grada que fue clave en el ascenso y que apunta a repetirse este curso en la Primera RFEF.