El ultimátum de la RFEF a los clubes de Primera Federación para que votasen a favor de un sistema de control económico y otros cambios en las normas que regulan la competición recibió una respuesta negativa de, al menos, 16 de los conjuntos que componen la categoría, que se muestran a favor de algunas de las propuestas de la Federación, pero no de toda la propuesta.
A pesar de la amenaza del organismo que preside Luis Rubiales, de recuperar el viejo modelo de Segunda B si la respuesta mayoritaria no era favorable, los dirigentes de estos conjuntos exigen más tiempo y una negociación colectiva para decidir el futuro de la categoría y consensuar entre todos los implicados el modelo de gestión más beneficioso.
Estos clubes están de acuerdo en que debe existir un control económico en la categoría de bronce para que evitar el endeudamiento, aunque su voto favorable no será a ciegas y piden conocer a fondo el modelo y formar parte de su redacción. Sin embargo, rechazan la imposición de la RFEF de ser agente activo en la negociación del convenio colectivo específico para la categoría, algo que corresponde a los trabajadores (sindicato de futbolistas) y a la patronal. Tampoco están de acuerdo con que sea el ente federativo el que regule la firma de acuerdos comerciales entre entidades deportivas.
Por todo esto, piden a la RFEF que deje sin efecto la votación de la propuesta remitida hace dos días a los clubes de la Primera Federación y que convoque a las entidades deportivas implicadas en este proceso a una reunión con los representantes de los órganos directivos de la Federación para, entre todos, consensuar la implementación del modelo que se pretende.
Los 16 equipos que firmaron esta carta son Linares, San Fernando, Numancia, Eldense, Linense, Unionistas, SD Logroñés, La Nucía, Rayo Majadahonda, Gimnástic de Tarragona, Mérida, Osasuna Promesas, UD Sanse, Real Unión, CF Talavera y UE Cornellà. No obstante, en las últimas horas se han unido más clubes a estas demandas.