En sus primeras horas como jugador del Pontevedra Club de Fútbol, Pol Bueso ha reconocido estar "muy contento e ilusionado a la vez" por aterrizar en lo que califica una "ciudad de fútbol".
El defensor castellonense se muestra ansioso por vestirse de corto y devolver la confianza mostrada en él después de un año complicado como el último en el Hércules, en el que no jugó desde febrero por diferentes motivos.
"No tengo palabras para expresar la confianza que han depositado en mí y cómo devolverla", explicó a PontevedraViva, pero "se lo voy a devolver con sacrificio y trabajo", asegura.
Pol Bueso: "No tengo palabras para expresar la confianza que han depositado en mí y cómo devolverla"
Bueso llega a un proyecto que califica de "ilusionante", y se acuerda de sus propias vivencias en un Pasarón vestido de play-off de ascenso. Pese a que en su currículum figuran tres ascensos a Segunda (Albacete, Nástic y UCAM Murcia), su primera fase de ascenso le dejó marcado. Fue en la campaña 2007-2008 cuando defendía los colores del Ceuta, que eliminaría al Pontevedra en una dolorosa jornada a orillas del Lérez al vencer 1-2 tras un empate (1-1) en el duelo de ida. "Yo he vivido lo que es el campo en un verdadero play-off. Me acuerdo como si fuera ayer de esa sensación cuando salimos, de cómo estaban las calles de la ciudad. Era mi primer play-off, imagínate", rememora el ahora segundo fichaje veraniego de los pontevedreses.
Será el destino, pero 11 años después sus caminos vuelven a cruzarse, y por si fuera poco "soy muy de fechas y todo eso, y el día que se fundó el club es el día del cumpleaños de mi mujer", revela.
Pese a su último y convulso curso en Alicante, el Pontevedra se mostró interesado en sus servicios y así se lo hizo saber desde el principio, tanto que aunque contaba con más ofertas e incluso con la opción de volver a su casa, Castellón, "me convencieron", explica. En esa decisión, además de las llamadas de Roberto Feáns y del entrenador, Luismi, jugó también un importante papel Jesús Berrocal, ámigo íntimo de Bueso y que "fue casi el primero que me llamó".
A sus 34 años, Pol Bueso tiene claro lo que puede aportar los dos próximos años al Pontevedra Club de Fútbol, y por eso aunque "entiendo muchas cosas y sé que la gente hasta que no me vea y cómo me adapto piensan que con 34 años es un riesgo", reconoce, "sé cómo estoy físicamente y la cuerda que me queda. Lo demostraré con trabajo y dentro del campo, estoy convencidísimo que va a salir bien". Toda una declaración de intenciones.