Es una de las máximas exponentes del triatlón pontevedrés, gallego y nacional. Este año, sin ir más lejos, finalizó en sexto lugar el Campeonato de Europa Ironman en Frankfurt y fue 'finisher' en el Campeonato del Mundo de la especialidad, en Hawaii, pero a partir de esta temporada no entrena en la que ha sido su casa desde los 9 años, el Centro Galego de Tecnificación Deportiva de Pontevedra.
Desde el pasado mes de septiembre, cuando le fue denegada la beca como deportista externa al centro, Saleta ha dejado de utilizar las instalaciones del CGTD y, lo que es peor, no puede contar con sus servicios médicos, que era "lo único que me interesaba" ya que "Fernando Huelin era mi médico desde los 13 años y para que me llevara un control año a año, por mi salud básicamente", reconoce la propia deportista a PontevedraViva.
"Es una decisión de la Xunta de Galicia y son los criterios que tienen ellos, pero yo creo que ahí hay como un vacío", explica Saleta, ya que se reconocen los resultados en pruebas de la Federación Española o Internacional (ITU) pero no Ironman, al tratarse de una empresa privada.
En el caso de la pontevedresa, este año no cumplió los criterios de puntuación para conseguir plaza en el centro, al no acudir a campeonatos gallegos o de España y declinar la convocatoria de la Selección Galega. "Yo hasta ahora el que cumplía era ir con la selección porque siempre me convocan", reconoce, pero este año rechazó esa opción para competir en el Ironman de Maastricht, donde se jugaba la clasificación para el Mundial.
Pese a todo la Federación Galega le explicó que podía seguir usando las instalaciones siempre que lo hiciera adaptándose a los horarios del grupo de entrenamiento en triatlón del propio CGTD, que dirige Omar González, un aspecto complicado por las diferentes dinámicas de trabajo, por lo que "prefiero no ir a las instalaciones y no deberle favores a nadie", asegura.
"Me siento muy a gusto aquí pero es que yo voy a Lanzarote y no pago instalaciones en ningún lado, porque entienden que ayudo a fomentar el turismo en la isla, participo en el Ironman, soy profesional e intentan dar facilidades para que esté allí", explica.
Saleta compagina periodos en Lanzarote, concentrada en el Club La Santa, con fases de preparación en casa, donde asegura sentirse a gusto porque "con tal de que me siga apoyando mi ciudad y el Concello me llega", señala agradecida en relación al apoyo municipal que mantendrá en la temporada que ahora arranca.
Saleta Castro: "Con tal de que me siga apoyando mi ciudad y el Concello me llega"
LANZAROTE, OBJETIVO PRINCIPAL DE 2017
Tras la experiencia que supuso debutar en la meca del triatlón de larga distancia, el Mundial de Hawaii, Saleta Castro ha iniciado ya la preparación de un nuevo curso, en el que el objetivo no será por el momento volver al Mundial Ironman.
"Necesito un año más de entrenamiento y de coger experiencia sobre todo en la bici, más fuerza, porque ahora mismo es mi punto débil respecto a las mejores, donde pierdo más, y Hawaii o estás al 100% o no compensa ir, es mucho dinero. Para ir allí a hacer la 30 o la 25 como experiencia es muy buena y me ayuda mucho pero quiero volver para estar más competitiva y verme en los puestos de delante", reconoce con ambición la pontevedresa.
Por eso en 2017 "mi objetivo es el Ironman de Lanzarote, quiero hacer un buen papel allí". Antes de esa carrera, prevista para el 20 de mayo, debutará en una prueba de media distancia en Tenerife, el 12 de marzo, y "después iré a Zarautz, en julio haré un 70.3 y quizás un Ironman en agosto".
Todo sin perder de vista su regreso a Hawaii y también, de reojo, el Campeonato del Mundo de Triatlón de Larga Distancia que acogerá Pontevedra en 2019, una cita en la que "me gustaría participar".