Victoria de oro para el Club Cisne Balonmano la conseguida este sábado en el Pabellón Municipal por 29-27. El conjunto blanco, que llegó a colocarse con un colchón de siete tantos, tuvo que sufrir ante un combativo Eón Alicante que lo puso contra las cuerdas hasta la recta final.
Cisne y Alicante saltaron a la pista conscientes de que conseguir una victoria era primordial. Así, lejos de amedrentarse ante su rival, realizaron un arranque casi perfecto de partido en el que la tónica durante los primeros compases la igualdad fue absoluta.
No fue hasta pasados los 12 minutos de partido cuando el conjunto blanco consiguió la mayor ventaja hasta el momento. Eso sí, tuvo que ser gracias a una doble superioridad numérica en ocho segundos que sin duda no desaprovechó para anotar un parcial de 2-0 que fue la máxima diferencia hasta el momento (9-7).
Emergió en ese momento la figura de Roney bajo palos, mientras Carlos Álvarez, Das Neves y Bruno hacian lo propio en ataque para seguir poniendo tierra de por medio escaparse en hasta tres tantos (11-8) que volvieron a pender de un hilo, de hecho, el Alicante reapareció para casi empatar pero una falta en ataque lo impidió (11-10).
Y a partir de ahí el Cisne dio la vuelta a la sartén. Arropado por la afición comenzó a hacer el juego habitual sin precipitación, temporizando cada ataque y con un éxito ofensivo que le permitió recuperar la diferencia de tres goles con la que se alcanzó el descanso (17-14).
Saltaron arrolladores los pupilos de Jabato después del paso por los vestuarios. Excluyó el colegiado a Yeray Mancebo y Carlos Álvarez, por partida doble, y Virulegio, aprovecharon esa superioridad para aumentar todavía más una ventaja que ponía contra las cuerdas a un Alicante obligado a parar el tiempo si quería sacar algo de provecho de la segunda mitad (20-14). Sin embargo, una nueva exclusión, esta vez de Luis Hernández, permitía al Cisne anotar el 21-14 que parecía dejar prácticamente encarrilado el duelo.
Pero cuando parecía que el cuadro pontevedrés iba a jugar tranquilo, los despistes y la ausencia de Iván Calvo por exclusión los condenó de tal forma que el Alicante se metió de lleno en el partido y redujo en hasta dos goles el marcador pasado el ecuador (24-22).
Fue el turno de Jabato de parar el tiempo e intentar recuperar el buen hacer de los suyos, pero el conjunto visitante no quería bajarse del carro y continuó complicando la tarde a un Cisne que se despedía de Calvo tras sumar una inoportuna exclusión que además suponía su tercera de la tarde cuando tan solo quedaban 5 minutos para la conclusión (27-25).
Se colocó el Alicante en ese momento a un gol del empate con el que se llegó al minuto final (28-27), Jabato pidió tiempo muerto y el Cisne tendría el ataque que podía ser más que decisivo. No falló en esta ocasión Nico Samudio desde el pivote anotando el que fue el definitivo 29-27 que permite al conjunto pontevedrés sonreír y seguir soñando con el ascenso a Asobal.
Consulta lasestadísticas del Cisne-Alicante