Cientos de actos de solidaridad se han ido sucediendo a lo largo de este 2020 en las Rías Baixas con la intención de apoyar a las personas y familias que peor lo están pasando debido a la crisis económica provocada por la pandemia.
Todo comenzaba a finales de febrero, cuando se preveía la llegada del virus a través de Europa a la península y se generó un nerviosismo en la población que terminaba por provocar la masiva afluencia a los supermercados en busca de productos de primera necesidad y la demanda de un material que nunca llegó a faltar a lo largo del confinamiento como tanto se temía: el papel higiénico.
Con el estado de alarma y el confinamiento domiciliariosurgió un movimiento de apoyo a los profesionales sanitarios desde las ventanas y balcones con el reiterado 'Resistiré' del Dúo Dinámico, aplausos desde cualquier zonade las Rías Baixas y la entrega de donaciones como apoyo a su labor por parte de diversas empresas.
Desde los centros hospitalarios también se hacía un llamamiento a la población para que cumplieran las normas establecidas por las autoridades sanitarias para evitar el incremento de contagios y también se registraban muestras de cariño hacia los pacientes del coronavirus.
Las muestras de apoyo se trasladaron también a héroes anónimos: a profesionales que tenían el reto de enfrentarse a diario al peligro de infectarse en los supermercados, establecimientos abiertos al público o personal que realizaba labores fundamentales de colaboración o para garantizar la salubridad colectiva como la recogida diaria de la basura. Las fuerzas de seguridad y el ejército también eran reconocidos en diversas acciones por la ciudadanía por sus trabajos de control y de limpieza.
Poco a poco comenzaron a surgir redes solidarias para colaborar con aquellas personas que se encontraban más afectadas por los riesgos ante las consecuencias de la enfermedad, por las dificultades para moverse, por las limitaciones para el aprendizaje o por el cierre de sus negocios.
Desde los hogares eran continuas las publicaciones de vídeos intentando animar a la infancia, a estudiantes, a personal sanitario, a papás y mamás o a docentes. Surgieron personas con iniciativas que se sumaban a la plataforma Coronavirus Market para ayudar, sobre todo, a personas mayores.
Y personas mayores como Lulú Vázquez que, al cumplir 110 años, recibía la felicitación de la policía. Jóvenes músicos, humoristas muy conocidos, dj’s improvisados, influencers y pequeñas artistas que al grito de "Hola, don Pepito" facilitaban el día a día con sus ofrecimientos o sus actuaciones desde sus casas.
Con la nueva normalidad y la incorporación de la mascarilla al quehacer diario surgieron también diferentes particulares y empresas que las elaboraban y las cedían a profesionales desde distintas comunidades.
Se crearon instalaciones para que personas sin hogar estuvieran protegidas, se repartieron kits de comida, cocineros del prestigio de Pepe Solla colaboraban con el comedor de San Francisco, otros restaurantes realizaban llamamientos para ayudar a la gente de su entorno y ofrecían comidas gratuitas a familias desfavorecidas.
La filantropía se mantiene en estas fechas navideñas con el respaldo de la población a iniciativas de los distintos Bancos de Alimentos, con la colaboración en campañas como la de regalos para menores en situación desfavorecida a través de programas como EnVolve.
Y así cientos de propuestas imposibles de enumerar que se siguen sucediendo a lo largo de los meses. 2021 llegará cargado de vacunas y la normalidad se espera que se asiente con la esperanza de que la solidaridad también permanezca para apoyar a aquellas personas que sigan precisando ayuda.