Ya está en carretera el tráiler solidario que este lunes partía desde Vilaboa hasta la ciudad polaca de Rzeszow. En su interior viajan 33 palés almacenados ordenadamente y, tras mucho esfuerzo, por más de 50 personas voluntarias que se sumaron a la iniciativa de la asociación AGA Ucraína con el objetivo de solidarizarse, en estos duros momentos, con el pueblo ucraniano.
Desde mediados de marzo han recogido alimentos no perecederos, ropa, calzado, medicamentos, productos de higiene personal, alimentos y material para el cuidado de animales hasta alcanzar las 24 toneladas de productos, que llegarán a la frontera entre Polonia y Ucrania el viernes 29 de abril, si se cumplen las previsiones. Allí todo el material será descargado y recogido por la ONG KOLO de Truskavets (Ucrania). A partir de entonces se trasladará a diferentes ciudades que se encuentran en pleno conflicto por la invasión rusa como es el caso de Jarkov o Dnipro.
Fátima Ferreira es la responsable de AGA Ucraína en la comarca de Pontevedra, que se encargó durante estos meses de gestionar toda esta tarea que tenía como campamento base una nave cedida en Vilaboa por Noelia Rodríguez con una extensión de 300 metros cuadrados. Allí se depositaron todos los productos recibidos a través de donaciones particulares, campañas promovidas por empresas o Concellos con el objetivo de realizar esta ayuda humanitaria.
Reconoce que los apoyos han sido muchos y muestran esa conciencia solidaria. "Es imposible calcular toda la gente que ha colaborado", afirma indicando que tanto particulares como clubes deportivos, centros de estudio y entidades privadas, sobre todo de Pontevedra y Poio, han formado parte de esta iniciativa. "Ha sido muchísimo", explica esta mujer que coordina también toda la actividad de AGA Ucraína en la provincia.
Con el que ha salido de Vilaboa ya se han dirigido 15 tráilers a tierras ucranianas promovidos por una asociación que se creaba el 28 de febrero.
"El sábado fue impresionante montar los palés", expone Ferreira recordando que las personas voluntarias son, sobre todo, mayores de 40 años prácticamente sin experiencia en este tipo de actividades altruistas en las que se necesita coordinación para organizar todos los productos y sumar así el máximo material con el objetivo de que llegue en perfectas condiciones a su destino.
LA APARICIÓN DE UNA EMPRESA DE TRANSPORTE
Su agradecimiento especial es para la empresa de transporte Trans Pereiras, de Tui, que se puso en contacto con Fátima cuando desde la asociación estaban intentando encontrar un medio para conducir todo el material almacenado.
La responsable de AGA Ucraína señala que las administraciones no se implican para facilitar ese traslado y "teníamos todo empaquetado, embalado, todo... pero sin transporte. Estábamos un poco desesperados. Entonces, me llamó la dueña de la empresa Trans Pereiras diciendo que querían colaborar pagando un tráiler pero me decía que no tenían nada para meter dentro" y fue como ver una luz salvadora. Fátima Ferreira contestaba: "¿Cómo? El material lo tengo yo". Y el entendimiento fue inmediato. A partir de ese momento se coordinó todo el dispositivo para cargar el tráiler a lo largo de este fin de semana con ese fin humanitario.
"Y llegan, que quede claro", asegura la responsable de AGA Ucraína, queriendo insistir que los productos terminan en manos de las víctimas de la guerra gracias a la labor que desarrollan diferentes organizaciones no gubernamentales en el país en conflicto. Fátima Ferreira tampoco olvida la situación que sufren los animales como consecuencia de la invasión. "Muchas mascotas han perdido a sus dueños, han sido abandonadas o se encuentran heridas"; al mismo tiempo que centros de acogida, picaderos de caballos o zoológicos también necesitan colaboración para salvar a sus animales, otras víctimas más de la contienda.
En los próximos días saldrán otros tráilers impulsados por este colectivo desde otras provincias gallegas con el mismo destino. AGA Ucraína en la zona de Pontevedra todavía desconoce si se emprenderá una nueva campaña como esta. Se necesita un equipo de cinco o seis personas a diario para coordinar todo el operativo, indica Fátima Ferreira. El 7 de mayo habrá una comida de todo el voluntariado y allí decidirán si emprenden una nueva acción.
"Creo que vamos a tener continuidad pero todavía se tiene que decidir", asegura esperanzada la representante del colectivo encargado de ayudar a personas inmersas en el conflicto bélico.