El precio de la luz lleva meses disparado y las economías familiares comienzan ya a dar síntomas de asfixia. Muchos consumidores advierten de incrementos superiores al 50% que los obligan a adoptar medidas de ahorro para poder seguir pagando por un bien de primera necesidad.
"No mes de decembro xa me chegou un recibo de 365 euros e en marzo chegáronme dúas facturas por un importe total de 764 euros. É máis do 50% da pensión coa que vivo", denuncia Luisa Márquez, quien no comprende cómo puede recibir facturas tan altas cuando "non vivo nunha mansión, vivo soa nun piso. Ou hai algo oculto ou non ten moito sentido ese aumento na factura".
Su caso no es aislado. Julio Velasco, un jubilado que convive en un piso con su esposa, ha visto incrementada su factura también en un 20%. Ni siquiera la decisión de renovar todas las bombillas de su casa por otras de bajo consumo le sirvió para reducir el gasto porque "cuando lo hice subieron el precio fijo de la factura", lamenta a la vez que defiende la necesidad de que exista al menos una empresa eléctrica pública.
La escalada de precios no afecta únicamente a los pensionistas, el de los estudiantes es otro de los sectores de la población más castigado por este brusco ascenso de los recibos. "No noso piso compartido de estudantes, estamos controlando o uso dos electrodomésticos: poñemos a lavadora pola noite e reducimos o uso do forno", explica Alberto Rivas, preocupado también por la economía de su familia. "Estou desprazado noutra cidade para estudar e a miña factura a teñen que pagar meus pais. Ademais da factura da súa casa, pagan a miña polo que sofren un dobre abuso", lamenta.
La situación es prácticamente insostenible para algunos autónomos. María Rial regenta una pequeña cafetería en la pontevedresa calle José Adrio y los efectos de la subida del precio de la luz no solo disparó la factura del local, también lo vació de clientes. "Vese que os consumidores teñen medo e que os seus recursos económicos se esgotan ou llos sacan por outros lados", confiesa la empresaria.
Con los ingresos bajo mínimos, Rial ve como la factura de la luz sube cada mes. "Subiume un 40% no establecemento e na casa outro tanto. Unhas barbaridades", declara comparando con las tarifas del pasado año. Además, en su caso pocas medidas de ahorro puede adoptar porque "aquí non podemos encender as neveiras ás 12 da noite porque a xente quere a cervexa fría ás catro da tarde ou ás nove. Os hábitos son inamovibles e non podemos abaratar ningún custo", puntualiza.
Y por si fuera poco, el precio de las mercancías está también al alza. "Encher unha freidora de cinco litros de aceite custa agora 20 euros, cando antes custaba cinco. A partir de aí traduce todo", ilustra la trabajadora, que ya ha puesto una denuncia en Consumo para tratar de conseguir algún tipo de compensación por un incremento que pone en jaque la viabilidad de su negocio y el mantenimiento de su hogar.
En las consecuencias de la subida del precio de la luz tiene puesto el foco el Bloque Nacionalista Galego, que tiene en marcha una campaña de reuniones con diversos colectivos afectados por el incremento del coste de la energía. En este contexto, el diputado pontevedrés Luis Bará mantuvo un encuentro con todos estos afectados, que le expusieron su situación y el nacionalista le explicó la estrategia de su partido para paliar el gasto de los hogares.
"Nos últimos meses deuse un incremento abusivo dos prezos dos combustibles e da luz que está provocando un estrangulamento de todos os sectores da economía, tamén dos fogares. Estannos roubando e hai que poñerlle coto a esta situación", exige el diputado, cuyo partido tiene convocada una manifestación para este domingo en Compostela en la que exigirán medidas urgentes tanto al Gobierno central como al autonómico.
"As medidas anunciadas polo Goberno son parches e non van á raiz do problema e a Xunta leva quince días dicindo que vai tomar medidas e aínda no saíron no DOG", se queja.
Para voltear esta situación, desde el BNG proponen seis grandes medidas. En primer lugar piden subir los impuestos a las grandes empresas eléctricas que "con ese beneficios que teñen só están pagando un 19% no imposto de sociedades", reclama Bará.
También sugieren un cambio en el sistema de fijación de precios del sistema eléctrico, principalmente al sector de las renovables y la nuclear, que "teñen uns prezos de producción de entre 5 e 30 euros, pero estanse vendendo entre 200 e 400. Hai que poñer topes ao prezo da enerxía", pide el nacionalista.
Bajar el IVA de la electricidad al 4%, aunque sea de forma temporal, es otra de las demandas del Bloque, que vuelve a exigir la creación de una tarifa eléctrica gallega que podría abaratar la factura de los hogares hasta un 30%. "Sendo excedentarios na producción non ten sentido que paguemos a enerxía ao mesmo prezo ou mesmo máis cara que noutras comunidades. Existen sistemas deste tipo en toda Europa", denuncia el diputado.
Proponen también intervenir en los precios de la industria, especialmente en aquellas de tipo electrointensivas, para que tengan unos costes fijos plurianuales que garanticen la producción a unos precios competitivos.
Finalmente, reclaman medidas sociales para que las personas se puedan acoger a bonos eléctricos o térmicos que compensen el incremento del coste de la vida, que está afectando principalmente a las rentas más bajas.