La intervención de los funcionarios del turno de noche del 15 de julio fue decisiva para sofocar el incendio que se provocó en los contenedores de residuos, que se encuentran instalados en una de las calles interiores del Centro Penitenciario de A Lama, entre los edificios residenciales que ocupan los internos.
El personal fue alertado gracias a los detectores de humo del inicio del incendio. A partir de ese momento, según informan desde el sindicato ACAIP-UGT, se activó el protocolo antiincendios y, a través de los extintores, sofocaron el fuego y refrescaron la zona con agua, evitando que se propagase al resto de contenedores.
Señalan desde el sindicato que el abundante humo entraba por las ventanas de los módulos residenciales pero se constató que ninguno de los internos sufría problemas de salud.
Según las investigaciones realizadas, el fuego se habría provocado mediante objetos incendiarios lanzados desde las ventanas de las celdas. La investigación continúa abierta pero, según los primeros indicios, los artefactos lanzados habían sido elaborados con materiales como papel higiénico, botellas de plástico y calcetines, a modo de cóctel molotov.
Este nuevo modus operandi ha causado alarma entre el personal funcionario y los internos ante el peligro que supone esta acción y las motivaciones que lo han provocado. Según el sindicato mayoritario en la prisión, hasta ahora los incendios originados por reclusos se iniciaban al prender fuego a los colchones que se encuentran en las celdas, con el objetivo de aprovechar la confusión para generar un altercado.
ACAIP-UGT recuerda la escasez de funcionarios en el centro penitenciario y alerta de las dificultades que tendría una dotación de Bomberos en llegar a tiempo para intervenir en un incendio en estas instalaciones si el personal se ve incapaz de sofocarlo.