La sección cuarta de la Audiencia Provincial de Pontevedra ha condenado a tres años y seis meses de prisión a Alejandro D. por acuchillar en Marín a una mujer que paseaba por la calle. En el momento de la detención este hombre alegó que el diablo le había ordenado matar.
El juicio se ha resuelto tras alcanzar las partes un acuerdo de conformidad, en virtud del cual el Fiscal ha rebajado a tres años y seis meses su petición de pena, que inicialmente era de 8 años de prisión, por un delito de asesinato en grado de tentativa con la agravante de alevosía y la eximente incompleta de alteración psíquica.
Hoy, el representante del Ministerio Público ha sumado la atenuante de reparación del daño al haber hecho efectivo el acusado el abono de parte de las indemnizaciones.
Además el tribunal le ha impuesto a Alejandro la prohibición de aproximación a menos de 350 metros de la víctima por un tiempo de 5 años, tanto a su domicilio como de cualquier otro lugar donde se encuentre, y de comunicarse con ella por cualquiera medio durante el mismo tiempo. También le impone la medida de libertad vigilada por un período de 5 años.
El acusado, de 51 años y adicto a las drogas, padece un trastorno esquizoafectivo y, en el momento de los hechos, sufría un brote psicótico que "le impedía comprender e interpretar adecuadamente su entorno y de obrar libremente según su comprensión".
Ante el tribunal de la sección cuarta, este hombre se ha reconocido autor de los hechos y ha aceptado los términos del acuerdo.
Según recoge el escrito de acusación de la Fiscalía, los hechos sucedieron sobre las 9.30 horas del 13 de febrero de 2023, cuando el procesado salió de su casa armado con un cuchillo en busca de una víctima.
En la calle Jaime Janer, en las proximidades del Colegio de O Sequelo, se cruzó con una vecina de la zona con la que no tenía "ningún tipo de relación" y entonces, con la intención de acabar con la vida de la mujer, de forma "sorpresiva", la atacó por la espalda propinándole varias cuchilladas en el tórax y el cuello.
La mujer gritó pidiendo auxilio y, tratando de repeler la agresión, llegó a caer al suelo, donde el procesado la siguió acuchillando. Finalmente, ella consiguió quitarle el arma y la tiró a una finca próxima, momento que aprovechó el agresor para abandonar el lugar.
En concepto de responsabilidad civil, el procesado deberá indemnizar a la víctima por las lesiones causadas el importe de 1.773.52 euros y otros 11.346 euros por las secuelas estéticas. Además, la abogada de la víctima que ejerce la acusación particular y el letrado de la defensa han acordado que el acusado indemnizará en otros 12.000 euros a la mujer por daños psicológicos.
Asimismo el encausado deberá indemnizar al Servizo Galego de Saúde con el importe de 8.641,78 por los gastos generados en la atención sanitaria.
La sentencia es firme y contra ella no cabe recurso.