Antonio Manuel Villanueva llevaba años con una discapacidad visual cuando se decidió a solicitar un perro guía. "Creía que me iba a dar una forma de movilidad diferente", recuerda. "Y así fue", confirma. Efectivamente, supuso un antes y un después en su forma de vida. "Un perro te permite moverte de una manera mucho más tranquila, casi normal, como cualquier persona vidente".
De aquello hace ya dos décadas. Tenía 38 años y ahora, a los 57, ya va por el cuarto. Es Spike y se le puede ver pasear a diario con él por Marín o por Mogor, donde reside. Este miércoles, con motivo del Día Internacional del Perro Guía, nos cuenta cómo es ese día a día en el que los ojos de Spike se han convertido en los suyos, y ha podido recuperar uno de esos placeres que nadie aprecia hasta que lo pierde, pasear.
Así, Antonio explica que "cuando te mueves con el bastón, tienes que estar siempre pendiente de todo lo que tienes delante, siempre atento, no puedes pasear. Con un perro guía puedes pasear".
Desde luego que los perros "no son infalibles" e igualmente "tienes que estar atento", pero la autonomía y la seguridad que le ha proporcionado empezar a moverse siempre acompañado ha supuesto un punto de inflexión. Lo ha vivido en sus propias carnes porque estuvo casi tantos años sin perro como con él y puede comparar.
Tenía 21 años cuando perdió la visión y hasta años después no se decidió a solicitarlo. Una vez que tomó la decisión, todavía le tocó esperar, pues el período de espera es muy largo, entre 2 y 3 años, pero desde entonces su vida ha cambiado.
Con Spike lleva unos tres años, de modo que ya ha superado el período de adaptación. Resultó complicado por la pandemia de la covid-19, que los confinó en su casa de Mogor cuando estaban en plena formación, pero ahora ya están plenamente acoplados el uno al otro.
Spike es uno de los 18 perros guía de la ONCE que acompañan a personas ciegas de Pontevedra, aportando plena autonomía y seguridad en sus desplazamientos, al convertirse en los ojos de quien no puede ver. Con motivo de su día internacional, la organización reclama a la sociedad su derecho de acceso al transporte público junto a las personas ciegas en igualdad de condiciones.
Sus reivindicaciones se unen bajo el lema ‘En el transporte, también somos uno’, pero Antonio Manuel tiene la suerte de no haber padecido nunca esas dificultades que sí se viven en toda España, donde las leyes de cada comunidad autónoma reconocen a las personas usuarias de perro guía el acceso a transportes como los autobuses, taxis, VTC, metro, tren, barcos o aviones, pero resulta un aspecto a veces desconocido por la sociedad que, en ocasiones, genera problemas a la persona ciega a la hora de poder desplazarse con plena autonomía en su vida diaria.
La experiencia de este marinense es que "se ha avanzado mucho en el tema de la inclusión en el transporte publico; tanto en avión como en tren, bus o taxi el número de problemas es mínimo", asegura. Y reduce esos problemas a "falta de información".
En todo caso, no es una vivencia traumática para él porque tan solo utiliza el transporte público de forma "esporádica". Por el lugar en el que reside se mueve "normalmente, en coche o andando". Y siempre, o casi siempre, con Spike al lado.
En general, señala que "se ha avanzado mucho también en accesibilidad" y en concienciación ciudadana. Recuerda que hace 20 años, cuando se estrenó como usuario de perro guía, sí tuvo dificultades para cuestiones como, por ejemplo, acceder a centros comerciales de Pontevedra o Vigo. Ahora ya se conoce la norma de que, por ley, estos perros sí pueden acceder a todos los locales acompañando a sus dueños.
"Entendían que no se podía entrar con un perro, pero sí tenemos acceso a todos los lugares públicos. Hay que diferenciar entre un perro de asistencia y uno de compañía", señala. Por su experiencia, son épocas superadas y, en la actualidad, sus principales dificultades vienen del mundo digital y de la falta de accesibilidad en las ciudades.
Así, refiere que "hay un problema importante que tienen que ver con el transporte a nivel personal, la accesibilidad en las calles" y lo atribuye a que "ningún concejal de urbanismo entiende lo que significa la accesibilidad, ni siquiera se cumple la normativa, hay muchísimos problemas en todas partes".
Lo vivió en primera persona cuando residía en Sanxenxo, también ahora en Marín o cuando visita Pontevedra. "Baches en las aceras que cualquier personas vidente esquiva, a nosotros nos pueden suponer un pie roto", insiste.
En el centro de Marín sí se cuida mucho, pero el resto del municipio detecta problemas. Ocurre en el trayecto desde su casa en Mogor hacia el centro urbano, "en su mayor parte es doble sentido y sin acera". O en Pontevedra, una ciudad que visita con frecuencia y que es accesible, pero aún así, tiene obstáculos. "Parece que es el paraíso de la accesibilidad, pero pasa lo mismo. Cuando llegas al final de una calle, como no hay bordillo ni marca en relieve, tiras para adelante y te encuentras que paras en mitad de la calle y de los coches".
Para sortear todas esas dificultades, resulta fundamental el apoyo de Spike, pero no es infalible, como asegura y hay pequeños obstáculos que ni él puede ayudarle a sortear como los carteles con los menús de los restaurantes en plena acera, las terrazas que no respetan las distancias con la pared o los negocios que instalan una maceta en su puerta. "El perro te lo esquiva, pero aún así, seguramente tropezarás con la silla de la terraza.... o con cualquier cosa".
También en el mundo digital se encuentra que muchas páginas no están adaptadas, entre ellas, muchas de la administración pública. "La digitalización está muy bien, pero tiene que ser universal", demanda.
Otros problemas que se encuentra en su día a día con Spike es una falta de información que provoca que la gente desconozca que "él está trabajando" y no pueden entretenerlo. Así, cuando una persona por la calle se para a jugar con un perro guía o le acerca una mano, se despista y esto podrá provocar que también su dueño se exponga al peligro.
Entiende que son perros muy bonitos y amigables, pero recuerda: "No es recomendable acercarse a un perro guía, interrumpirlo cuando está trabajando, porque está trabajando aunque parezca que no".