El grupo de trabajo Anovaterra se sumó este martes a las denuncias por el "abandono, falta de cuidado y actuaciones contraproducentes" en el Carballo de Santa Margarita, en Mourente, y su entorno e incluso le puso nombre a los responsables. Consideran que es responsabilidad de la Iglesia como propietario del recinto, de la Xunta de Galicia porque tiene competencias sobre el patrimonio natural y del Concello de Pontevedra.
En su opinión, el estado actual del roble y su entorno constituye la "expresión del desprecio y la incompetencia" frente a uno de los ejemplares más singulares del patrimonio vegetal que aglutina historia, cultura, memoria colectiva, paisaje, vida e identidad de un pueblo y una ciudad.
El colectivo exige al Concello conocer el proyecto que se anunció en los últimos tiempos para su recuperación, que cuenta con un presupuesto de 200.000 euros, y saber detalles sobre su financiación habida cuenta el caso de la reciente participación municipal en las obras de la basílica de Santa María, en las que financió 8.000 euros de un presupuesto de 17.000.
Anovaterra optó por poner en conocimiento de diferentes organismos e instituciones estatales e internacionales la situación del Carballo de Santa Margarita, un problema que "afecta a un elemento tan singular" y, con carácter general, la grande parte del patrimonio cultural y ambiental gallego en una situación grave de deterioro y riesgo de destrucción de muchos elementos del patrimonio cultural.
En concreto, el colectivo denunció la situación ante el Concello, las consellerías de Cultura y Medio Ambiente, los ministerios de Medio Ambiente y Cultura, la Agencia Europea de Medio Ambiente y la institución del Valedor do Pobo.